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Renta variable

Fondos populares, pero con comisiones polémicas

Los fondos garantizados hicieron su aparición en España hace ya casi diez años y desde entonces se han convertido en uno de los principales actores en el mercado de la inversión colectiva. BBVA y Santander, primero, y, tras ellos, prácticamente todas las gestoras con una red de distribución amplia a su alcance, hicieron bandera de este producto que les permitía prometer al partícipe la recuperación del 100% de su inversión al final de un determinado periodo y, además, la posibilidad de beneficiarse de las ventajas de la inversión en Bolsa, o de las revalorizaciones que habría de provocar en la renta fija una fuerte caída de los tipos de interés de medio y largo plazo. Parecía arte de magia, y el abandono de la advertencia de que los fondos no podían garantizar rentabilidades.

Sin embargo, a finales de 2002, el patrimonio mantenido en este tipo de fondos parecía haberse estancado sin que pudiera imaginarse que el año 2003 iba a ser testigo, de nuevo, de un crecimiento espectacular: 11.600 millones de euros hasta finales de octubre, algo más del 50% sobre el stock de 23.000 millones de finales de diciembre de 2002. Todo ello a partir de una cifra de apenas 213 millones de euros a finales de 1995; tras haber alcanzado un máximo de casi 29.000 millones a finales de 1999 y haber decaído, primero, y haberse estancado, después, alrededor de 23.000 millones durante varios años.

En cualquier caso, desde 1998 no se asistía a incrementos tan espectaculares.

¿Qué ofrecen los fondos garantizados de renta variable para haberse convertido de nuevo en el éxito del año? La respuesta más básica es inmediata: ofrecen seguridad y revalorizaciones eventuales, en un entorno en el que la inestabilidad de las Bolsas parece algo que ha llegado para quedarse por un largo periodo, y cuando la rentabilidad ofrecida por los depósitos o por los Fiamm ni siquiera cubre la inflación.

Sin embargo, la pasión que aparentan tener los partícipes españoles por los fondos garantizados (juntos los garantizados de renta fija y variable representan el 25% del patrimonio de los fondos, sólo superado por el 30% invertido en Fiamm) se enfrenta a un número de detractores, igualmente apasionados, que opinan que el encarecimiento de las comisiones que representan los garantizados debería constituir un elemento disuasorio.

Sin embargo, un vistazo a las comisiones medias anuales (que incluyen las de gestión y depósito) deja claro que los fondos garantizados de renta variable están en línea con la media del sector: 1,4% para los primeros y 1,41% para el conjunto de los 2.517 fondos domiciliados en España en este momento. Se podría objetar, sin embargo, que para ser fondos asimilables a un depósito o a un Fiamm, aún está lejos esa comisión de la que éstos tienen como media (0,93%).

Buscar la mayor información: Leer la letra pequeña ¿ayuda o disuade?

Adaptación. Las opciones OTC que compran los fondos de renta variable han adoptado las formas más variadas para adaptarse a los diferentes momentos de mercado y, también, para aprovechar de forma imaginativa las limitaciones que éstos imponen.Complejidad. Hay que mirar la letra pequeña, aunque para ello haga falta un extraordinario tesón, vista la complejidad que han adquirido los folletos de las emisiones más recientes.Supervisión. La Comisión Nacional del Mercado de Valores obliga a que se valoren a diario las opciones que están presentes en el patrimonio de un fondo, por lo que el vendedor de las opciones está obligado a proporcionar a la gestora un precio diario al que estaría dispuesto a recomprar esas opciones.

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