Utilizar métodos contradictorios
La característica común a todos los fondos de gestión alternativa es la búsqueda de la serenidad en la inversión por vía de la utilización de técnicas que, en algunos casos, pueden ser muy arriesgadas.
Tal combinación raya en lo que en el mundo anglosajón es conocido como oxímoron y que la Real Academia Española define como 'combinación en una misma estructura sintáctica de dos palabras o expresiones de significado opuesto, que originan un nuevo sentido; por ejemplo, un silencio atronador'.
Las técnicas de gestión de los hedge funds son de lo más variado, de modo que, en este momento, puede darse cuenta de, al menos, 20 estrategias diferentes, aunque la idea de cómo ganar dinero sin dejarse llevar por la corriente de los mercados ni incurrir en peligros excesivos, quizá se ilustre mejor que con ninguna otra con la técnica denominada arbitraje con convertibles.
Durante los dos años últimos esta estrategia ha sido muy utilizada por los hedge funds, lo que ha propiciado un fuerte crecimiento de los mercados de bonos convertibles en acciones, y dado lugar a algunos problemas de supuesta colusión de intereses con motivo de emisiones nuevas.
El arbitraje de convertibles, y las otras estrategias de la misma familia llamadas de mercado neutral y arbitraje, se basa en una idea básica que en circunstancias normales debería estar exenta de riesgo.
El bono convertible lleva aparejada una opción de compra de la acción de la misma empresa que emite el bono en unas condiciones específicas. Aunque se trate de dos activos diferentes, renta fija y renta variable, esa opción de compra en realidad los convierte en activos cuya cotización va a estar íntimamente ligada y a cada movimiento del precio de la acción corresponde un movimiento teórico en la cotización del bono. Si esa variación no se produce, el bono convertible se queda infravalorado o sobrevalorado en relación a la acción. En el primer caso, el hedge fund que esté arbitrando en convertibles comprará el bono y venderá la acción (en el segundo hará exactamente lo contrario).
De esta manera, los peligros de comprar sólo acciones o sólo bonos parece que quedan, si no conjurados, al menos sí muy mitigados. Es decir, afectados sólo por los riesgos de que dejen de darse las regularidades estadísticas en que se basan los modelos utilizados; algo que suele ocurrir cuando todo el mundo quiere deshacerse de los mismos valores a la vez.