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Alta Velocidad

Portugal y España buscan fondos de la UE para la alta velocidad

España y Portugal tienen previsto hacer hoy público el acuerdo alcanzado para la construcción de la red ibérica de alta velocidad que incluirá la construcción de cuatro corredores ferroviarios: Lisboa-Madrid, Oporto-Vigo, Aveiro-Salamanca y Faro-Huelva.

A partir del anuncio en rueda de prensa que harán los respectivos jefes de Gobierno, José María Aznar y José Manuel Durão Barroso, y que pondrá el colofón a la cumbre bilateral que se ha celebrado en la localidad lusa de Figueira da Foz, comenzará la búsqueda de fondos para poder emprender la construcción de estos cuatro enlaces, cuya inversión global necesaria aún no ha sido revelada.

Las mismas fuentes recordaron que para aspirar a beneficiarse de la financiación de fondos comunitarios, España y Portugal tienen que tener preparados antes de 2007 sus respectivos planes de infraestructuras, incluidos los trenes.

Numerosas empresas de España y Portugal se han interesado ya por los planes de construcción de los tendidos de alta velocidad, de los que esperan obtener importantes beneficios. De hecho, para la construcción y explotación de la línea Madrid-Lisboa se está estudiando la posibilidad de dar entrada al capital privado a través de una concesión.

El anterior Ejecutivo socialista pretendió que una línea única enlazase a Madrid con Lisboa y Oporto, mediante un trazado final en forma de T, desde Cáceres a Entroncamento, en tierras lusas, desde donde se abrirían dos ramales.

Pero los estudios demostraron que los puntos de conexión causarían un grave impacto ecológico y serían más costosos, al atravesar una zona de intrincada orografía, que precisaría la construcción de algunos túneles.

Así, finalmente, el Tren de Alta Velocidad (TAV) Madrid-Lisboa tendrá paradas en territorio español en Talavera de la Reina (Toledo), Cáceres, Mérida y en la frontera hispano-lusa, entre Badajoz y Elvas, y también habrá una estación a medio camino de la capital lusa, en Evora.

En 1988, el ejecutivo portugués presidido por el centrista Aníbal Cavaco Silva aprobó la creación de una red de alta velocidad, poco después de que España anunciase la suya propia.

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