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El millonario legado de McDonald's

Joan Kroc, viuda del creador de la multinacional de las hamburgueserías McDonald's, Ray Kroc, era una de los 22 millones de estadounidenses que se levantaban por la mañana con el dial de su radio en la frecuencia local de la equidistante e independiente Radio Pública Nacional (NPR). Kroc, que murió el pasado 12 de octubre, ocupaba el puesto 121 del ranking de Forbes de las personas más ricas del país. La sorpresa fue que decidió dejar en su testamento algo más de 200 millones de dólares (175 millones de euros) a esta cadena de radio, a la que llegó a felicitar por su cobertura de la guerra en Irak.

En la NPR no se podía ocultar ayer la satisfacción por este repentino regalo, casi el doble del presupuesto anual de operaciones de la cadena, que se financia con las tasas que pagan las emisoras locales y las donaciones. Apenas un 1% de su presupuesto son ayudas federales. La NPR está considerada el medio de comunicación más independiente del país y, aunque es blanco de las críticas de muchos ultraconservadores, ha ganado un 60% de audiencia los últimos cinco años, aunque no más dinero, debido a la crisis en las donaciones.

'NPR ha sido honrada con un regalo de más de 200 millones de dólares', decía ayer el presidente de la radio Kevin Klose. Según el ejecutivo, es posiblemente el mayor regalo que haya recibido jamás una institución cultural en EE UU. 'Nos inspira, y esta magnifica donación, un acto de generosidad, nos ayudará a asegurar el futuro de la NPR como fuente independiente de información e ideas para millones de oyentes', dijo Klose.

'No es un secreto que éstos han sido años difíciles para la radio pública', recordaba ayer Klose. La NPR, con sede en Washington y más de 30 oficinas con corresponsalías por todo el mundo, registró pérdidas de cuatro millones de dólares en 2001 pese al aumento de la audiencia y ha hecho un importante esfuerzo económico en la cobertura de la guerra de Irak. Recientemente ha tenido que dejar de producir algún programa cultural por falta de fondos.

Aunque ha sorprendido la suma y la dirección de este legado. Kroc ha sido siempre una de las más reconocidas filántropas de EE UU. Hija de un humilde trabajador ferroviario durante la Depresión, conoció a su marido Ray, 25 años mayor que ella, en un restaurante en 1957 donde ella tocaba el piano. Era su tercer matrimonio, del que nació una hija.

Con una fortuna valorada en 1.700 millones de dólares Joan siguió los pasos de su marido, fallecido en 1984, que ya había sido un gran mecenas de la investigación médica. Pero lo hizo con más generosidad aún. Una de sus donaciones, al Comité Nacional Demócrata en 1987, fue la que se cree que es hasta ahora la mayor donación individual a un partido político. Dio un millón de dólares. Otra de las mayores donaciones de la historia la recibió de su mano el Ejército de Salvación. Totalizaba 90 millones de dólares que se dedicaron a construir un centro. En 1998 donó 25 millones de dólares para que se estableciera el Instituto Joan B. Kroc para la Paz y la Justicia.

Como era de esperar, el legado es aún más generoso en donaciones y todas ellas también dignas de figurar en los libros. Los primeros en saberlo la semana pasada fueron los rectorados de las Universidades de San Diego y Notre Dame, que han recibido cada una 50 millones. También la mayor suma proveniente de una donación individual.

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