Aprender a ser rico
Ser hijo de millonario puede ser más difícil de lo que parece. Cómo gestionar inversiones es algo que puede aprenderse en las escuelas de negocios, pero es muy distinto aprender a no derrochar la riqueza familiar. Es decir, a ser rico responsable.
Una forma de conseguirlo es asistir a un curso especializado en Nueva York. æpermil;sta es la fórmula que propone Deutsche Bank Private Wealth Management (DBPWM), la división de la entidad alemana para clientes con patrimonios superiores a dos millones de euros. Esta entidad organiza cada verano un curso de tres semanas de duración dirigido a los hijos de sus mejores clientes y que tiene como objetivo enseñar a desarrollar el uso responsable de su legado.
Son sólo 15 los vástagos elegidos en todo el mundo para acceder a este selecto curso. Las materias son variadas y abarcan desde causas como la filantropía y la promoción de los microcréditos hasta el desarrollo de estrategias de inversión. Se estudia sobre productos estructurados, hedge funds y capital riesgo; sobre recursos humanos y marketing; o sobre cómo hacer inversiones en Latinoamérica.
æpermil;ste es uno de los servicios que ofrece el programa especializado en la gestión de patrimonios sobre una base de responsabilidad social de DBPWM. Bajo la denominación de Riqueza con Responsabilidad (Wealth with Responsability), este programa, creado en 1995 en EE UU, tiene entre sus objetivos facilitar la sucesión de los negocios familiares y la educación específica de los hijos de familias con rentas muy altas.
Con este elitista programa, la entidad asegura que responde a una demanda cada vez mayor entre sus clientes, fruto de la preocupación por la sucesión del legado. Y es que, según datos de esta entidad, actualmente sólo una de cada tres empresas familiares sobrevive a la segunda generación.
Otras entidades especializadas también prestan servicios de este tipo. La transmisión de la riqueza a las siguientes generaciones es un motivo de preocupación para Banif, donde diferencian los servicios dedicados a la filantropía de aquellos relacionados con la sucesión de las generaciones.
Esta entidad, en colaboración con el Instituto de la Empresa Familiar, contempla la planificación generacional como uno de los puntos fundamentales de su servicio a los altos patrimonios. Además, este último organismo imparte conferencias para ayudar a las empresas familiares a educar a las siguientes generaciones.
En el caso del Deutsche, el programa Riqueza con Responsabilidad pretende unificar las inquietudes y motivaciones solidarias de la familia con el objetivo de planificar las acciones filantrópicas más afines a sus miembros. Tanto es así que el plan se fija como objetivo mejorar la conexión de los hijos con el mundo real y ayudar a desarrollar perfiles y habilidades de liderazgo, además de proveerlos de oportunidades profesionales.
El banco propone una serie de acciones entre las que se enmarca la pertenencia al Microcredit Development Fund (Fondo de Desarrollo de Microcréditos), una asociación entre el banco y los clientes que apoya programas para salir de la pobreza en todo el mundo. El programa pone a disposición de los clientes los servicios de profesionales en planificación patrimonial, que ayudan a diseñar planes que saquen el máximo rendimiento fiscal a las donaciones, a crear carteras de inversión socialmente responsables u otro tipo de planes que equilibren sus necesidades financieras y sus inclinaciones caritativas.
La importancia de devolver algo a la sociedad
¿Qué tienen en común Warren Buffet, George Soros, Steven Rockefeller y Bill Gates? Que además de engrosar las listas de personajes más ricos del mundo, son también -o por eso- algunos de los mayores filántropos del planeta. La idea de que hay que devolver a la sociedad una parte de lo que ésta les ha dado es cada vez más seguida entre las grandes fortunas.La mayor sensibilidad de la sociedad a las inversiones socialmente responsables se pone de manifiesto por las ofertas de fondos y productos financieros que declaran seguir criterios éticos. El cambio de mentalidad ha provocado que la demanda de servicios relacionados con la filantropía haya aumentado considerablemente. Y las entidades financieras, siempre prestas a solventar cualquier necesidad de estos clientes tan especiales, no han tardado en complementar su oferta de servicios con otros de tipo altruista. El programa específico de DBPWM contempla la ayuda a la sociedad en causas justas que preocupan a los clientes.En Banif, por su parte, reconocen que ya no ocurre como hace unos años, cuando la filantropía estaba poco estructurada y el cliente realizaba donaciones de forma desordenada. æscaron;ltimamente, la mayor preocupación por las cuestiones sociales ha traído consigo estrategias más meditadas. Para ayudar a sus clientes a llevar a cabo estos planteamientos, en esta entidad cuentan con profesionales que identifican y ayudan a poner en marcha los proyectos que se corresponsan con las preferencias del cliente. 'La creación de una fundación suele ser la opción más habitual en estos casos, ya que permite al cliente satisfacer sus necesidades', sostienen en Banif.En los últimos años, la creación de fundaciones se ha multiplicado en España y se ha extendido a grandes empresas y a empresarios que las constituyen a título personal, como Amancio Ortega, Rafael del Pino o Rosalía Mera.