Las empresas se juegan los cuartos
Octubre ha sido, en Estados Unidos, uno de los meses con mayor actividad de salidas a Bolsa de los últimos años. De forma paralela, las actividades de fusión y adquisición han repuntado con fuerza, registrándose operaciones, como la de Fleetboston, que han obligado a la prensa especializada a desempolvar términos de otra época como megafusión.
Los beneficiarios de estos movimientos están siendo, obviamente, los bancos de inversión de Estados Unidos. Desde un poco antes de verano los gigantescos edificios de las firmas de Wall Street iban llenando las plantas enteras que se habían quedado vacías por culpa de la crisis. Ya entonces se confiaba en la recuperación, posiblemente porque muchas de las operaciones que ahora han salido a la luz pública estaban en la cocina por aquel entonces.
La señal es buena. Una cosa es que los analistas calculen tal o cual incremento del PIB y otra muy distinta que los consejos de administración de las grandes compañías se decidan a jugarse su dinero en una operación que depende, en gran medida, de las condiciones del mercado.
Es un elemento más a contar entre las numerosas noticias positivas que llegan al mercado en las últimas semanas y que han llevado a los principales índices internacionales, Ibex 35 incluido, a colocarse a sólo un paso de los máximos de los primeros días de septiembre.
Datos macroeconómicos como los conocidos en las últimas semanas y el crecimiento, muy rápido si bien puntual, de los beneficios empresariales en Estados Unidos hacen que debería darse un extraordinario vuelco a la situación económica para que la Bolsa no cierre 2003 con una subida significativa y superior al 10%. Va a ser el primer año bueno desde 1999, cuando Terra se asomaba a las cotizaciones de tres dígitos.
Toda esta retahíla de noticias positivas puede llevar a los índices a romper los máximos del año, incluso a superar los niveles técnicos que, según los expertos chartistas, son los que impiden mayores revalorizaciones del mercado. Hace 10 días el mercado no podía ocultar su nerviosismo, pero a golpe de cifras los optimistas han convencido a los demás.
Quienes alertaban de una nueva sobrevaloración de la Bolsa están otra vez debajo de una piedra. Al menos de momento. Porque el debate está lejos de cerrarse. El año 2003 es bueno, y en eso están todos de acuerdo. No está mal para noviembre. Ahora bien, 2004 no se sabe si va a ser igual, mejor o mucho peor. A estas alturas, repetir los factores que pueden ayudar a saberlo antes que los demás es gratuito. Mejor seguir la tendencia.