El eterno valor de las monedas
No es una inversión para dar 'pelotazos', pero su valor aúna arte e historia
Con sólo 30 euros se puede comenzar una colección de monedas antiguas que, si se dedica tiempo y dinero, se convertirá en un patrimonio con una segura revalorización a largo plazo. 'Es una inversión bastante estable, menos cíclica que la del mercado de valores', señala Jesús Vico, que dirige una de las compañías de monedas antiguas de Madrid. Los precios, subraya, no experimentan grandes cambios: 'Más que bajar, se estacan cuando la demanda desciende'. Y la parte más negativa para el inversor en esas etapas es la pérdida de liquidez, añade.
Un estudio comparado de Salomon Brothers en Estados Unidos sobre la evolución del valor de monedas en un periodo de más de 20 años fija la revalorización media anual en un 17%. No obstante, no se registraron subidas todos los años.
Los expertos coinciden en recordar a los inversores que ésta es una apuesta para ciclos largos, no para vender de un año para otro. 'Si las adquisiciones se han mantenido durante un periodo de siete a diez años, es seguro que se puede beneficiar de alguna punta de precios', indica Vico. Pero dadas las características de estos activos, tan unidos a la inversión como al coleccionismo, sólo recomiendan acumular monedas a las personas 'que tengan un mínimo interés' por el arte o la historia.
Y España es, según José Herrero, numismático, uno de los grandes 'yacimientos' de monedas, dada la diversidad de pueblos y culturas que se han establecido en la península Ibérica a lo largo de los siglos. Un inversor puede elegir entre piezas íberas, griegas, visigodas o árabes, así como las medievales y las acuñadas por los Reyes Católicos. Y también puede optar por otras más modernas, de los Austrias y de los Borbones, sin olvidar las grabadas en las colonias. Pero de todos los periodos, la mayor diversidad corresponde a la época romana.
Las citadas son las más abundantes, pero las posibilidades para elegir son inmensas. Desde las piezas que acuñaban los romanos para el conjunto de sus colonias del Mare Nostrum y la totalidad de su imperio hasta las emitidas en España cuando era una provincia con capacidad de acuñación. Y el mayor valor, además de corresponder a las de oro (los áureos) y a las que se mantienen en buen estado de conservación, está relacionado con la rareza, que puede deberse a la brevedad de un emperador o de un determinada etapa de la República romana.
Por ejemplo, un denario de Augusto se puede adquirir por 200 euros, un sestercio de Domiciano por 350 y un áureo de Nerón a partir de 1.500 euros.
Medievales castellanas y ducados
Medievales castellanas, ducados de oro, monedas procedentes de las provincias orientales del imperio romano... Aunque cada periodo tiene sus ventajas e inconvenientes, una de las recomendaciones actuales es invertir en monedas medievales de Castilla por sus posibilidades de revalorización, según los expertos. Jesús Vico añade que ahora también es un buen momento para comprar monedas romanas, ya que en los últimos años se han abierto los mercados de los países de Europa del Este, que han vendido los fondos repetidos de sus museos a buenos precios. Estas piezas no han subido en tres o cuatro años, pero la masa puesta en circulación ya ha sido absorbida por el mercado y ahora la revalorización está más asegurada. Y una moneda que los coleccionistas han apreciado a lo largo de los últimos siglos es el ducado, pieza de oro que se utilizó en España con los Reyes Católicos y hasta finales del siglo XVI. Pero, pese al atractivo de las monedas más antiguas y las perfección de algunas como las griegas y ciertas acuñadas en España, la mayor parte de los coleccionistas se decantan actualmente por piezas más modernas. La llegada del euro, una revolución monetaria en Europa, está dando valor a monedas de todos los países europeos relativamente próximas pero que ya sólo forman parte de la historia. Y entre los euros, los más raros, como los del Vaticano.