Una recuperación lenta
El deterioro del comercio exterior de la UE, y en especial de la zona euro, viene a confirmar que la ansiada recuperación avanza con más lentitud y obstáculos de los previstos inicialmente y se hará esperar al menos hasta el año próximo.
La atonía de la inversión, la ralentización de la demanda y la pérdida de competitividad por la apreciación del euro en Europa y los vaivenes de la economía estadounidense con una demanda que no termina de despegar y un empeoramiento de los indicadores de actividad para septiembre, tras la recuperación de agosto, son factores que siguen generando incertidumbres sobre los agentes económicos y deteriorando la actividad y los márgenes de las empresas.
En este contexto, sólo una evolución favorable de los precios del crudo y de la posguerra en Irak aparecen como elementos con fuerza suficiente para dinamizar la actividad y eliminar incertidumbres.