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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

El dinero mira hacia la Bolsa

En Estados Unidos abundan las leyendas urbanas sobre ciudadanos de a pie que se hacen multimillonarios emulando la estrategia de inversión de altos ejecutivos o inversores de renombre. Para copiar a los grandes, aunque sea con algo de retraso, basta con vigilar los comunicados que los altos directivos de las empresas están obligados a remitir a la Comisión de Valores (SEC) dando los detalles sobre la compra y venta de paquetes de acciones. Una información que es devorada por los pequeños accionistas, convencidos de que los grandes gozan de más información y mejor asesoría financiera que el común de los inversores.

En España, uno de los mejores referentes para quienes quieran seguir esta táctica inversora es observar los movimientos de las sociedades de inversión de capital variable (Simcav), que son el instrumento utilizado mayoritariamente por las grandes fortunas para canalizar sus inversiones. Y si debemos guiarnos por ellas, parece que ha llegado el momento de volver prudentemente a la renta variable. Las sociedades de los grandes patrimonios han elevado su exposición a la renta variable un 15% en el primer semestre, lo que en parte se debe a las revalorizaciones de sus carteras, pero también a un trasvase de la renta fija, cuyo peso cae significativamente, hacia la variable. El movimiento es lógico, dado el escaso atractivo de la renta fija con los tipos de interés en mínimos históricos. Pese a todo, la cartera tipo de los millonarios españoles trata de mantener el equilibrio entre renta fija y variable para evitar riesgos.

Si sólo nos fijamos en la tendencia, parece que el dinero se fía de la Bolsa pese a sus vacilaciones. Pero quien desee imitar las estrategias inversoras de los millonarios debe tener en cuenta que no sólo importa en qué invertir sino también cuándo. Los ricos tienen más información y mejores asesores que el inversor medio, y por lo tanto se anticipan a los movimientos del mercado. Seguirles con el desfase con el que se conocen sus decisiones puede no ser tan buena idea.

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