Obras para Europa
Trenes de alta velocidad, autopistas, banda ancha y conexiones eléctricas transfronterizas figuran en los coloreados mapas elaborados por la Comisión Europea. La factura de convertir ese hermoso plan a la realidad se eleva a 220.000 millones de euros para las obras más prioritarias -600.000 millones si se integran las necesarias para vertebrar un auténtico mercado común-. Pero ni los líderes europeos ni la Comisión saben de dónde saldrán los fondos, y las finanzas de Alemania, Francia e Italia no ofrecen margen. La llamada al capital privado se apunta como respuesta adecuada y la Comisión confía en que al menos el 20% de la financiación llegue por esa fuente. Pero éste necesita un marco jurídico adecuado, que no existe, para participar en proyectos de tan alto riesgo. El Consejo Europeo quizá se salde el viernes con la enésima proclamación de este plan de fortalecimiento económico. Pero no basta con palabras.