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Tribuna
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Orden y caos en los números

Robert Engle y Clive Granger fueron galardonados ayer con el Nobel de Economía por sus estudios en métodos estadísticos. Conocidos como el 'dúo de la serie del tiempo', el autor analiza su trayectoria

El Premio Nobel de Economía 2003 ha distinguido a dos económetras de la talla de Robert Engle, estadounidense, de la Universidad de Nueva York, y Clive Granger, británico, aunque trabaja en la Universidad de California San Diego. El galardón se debe principalmente a sus trabajos sobre series temporales.

En la Economía, como en la vida, los números a veces iluminan y a veces apabullan, por su cuantía y su aparente caos. Ello es especialmente cierto al tratar de datos para los que existen valores que cambian día a día o, como ocurre también en los mercados financieros, segundo a segundo. Detectar a partir de estas amplias series de cifras interpretaciones y análisis útiles para entender qué ha pasado y, eventualmente, efectuar predicciones y correcciones es la principal y la gran aportación de la investigación en series temporales de los dos nuevos premiados por el Nobel.

Los Nobel Granger y Engle son hitos de gran relevancia en un mundo lleno de datos

Las aportaciones de Engle y Granger suponen una lúcida posición de equilibrio entre quienes querrían meramente 'dejar que los números hablen' y quienes parecen creer que unas teorías meramente 'literarias' son suficientes para avanzar en el complejo mundo de los fenómenos económicos.

Realmente, los galardonados han elaborado herramientas de disección de los datos aparentemente desordenados -incluso caóticos, aunque sólo sea por su aluvión abrumador- que los dejan preparados para convertirse en ordenadas evidencias para el análisis, la explicación y la predicción.

Gran parte de sus aportaciones, siendo las seminales las que van desde 1960 a 1980, se han incorporado a la práctica diaria de los economistas y económetras y a los libros de texto, o están incluidas en los programas informáticos de análisis de datos más utilizados en la profesión.

Dado que los análisis de series temporales, como es obvio, se ven facilitados por la disposición de series amplias, es normal que los datos de los mercados financieros, de evolución de los índices de precios y de tipos de interés fueron los ámbitos iniciales de ampliación. Con la mejora de los sistemas de información estadística realizados en muchos países, la aplicabilidad de los planteamientos de Robert Engle y Clive Granger se ha ido ampliando considerablemente a temas como el consumo y la riqueza, y los fundamentos del crecimiento económico.

En todo caso merece mención especial cómo en el análisis de las variables financieras la aplicación de estas aportaciones ha permitido visualizar ingredientes de orden y de 'regularidades' donde a simple vista los árboles no dejaban en modo alguno ver el bosque. En el actual mundo en que la sobreabundancia de la información -o al menos de los datos- plantea casi tantos problemas como su ausencia, realmente Robert Engle y Clive Granger son hitos de la máxima relevancia.

No sorprenderá a nadie que entre los fructíferos desarrollos de estas ideas se encuentren aplicaciones, sobre todo en los estudios de Engle, a la gestión de riesgos así a los 'riesgos de la gestión' (y no es solamente un juego de palabras).

Pero sí sorprenderá a mucha gente que entre los más recientes trabajos de Granger, correspondientes al año 2002, se encuentra una aplicación interesante y pionera de sus formulaciones econométricas al problema de la deforestación de la Amazonia.

Valga este último desarrollo como muestra de la potencia y la polivalencia de unos desarrollos que confieren al Nobel 2003 un grado de justicia indiscutible para quienes creemos que la Economía es una sabia combinación de datos y análisis, de análisis y datos.

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