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Tribuna
Columna
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El motor USA

Fortalecer el crecimiento mundial debe ser la prioridad del G-7. El crecimiento en las principales economías -en Europa y en Asia- no es el que podría ser. Hemos de hacer más para garantizar una recuperación fuerte y fomentar unas tasas de crecimiento más altas en nuestras economías.

EE UU ha tomado medidas legislativas, propuestas por el presidente Bush, para reforzar su recuperación. Comienzan a surtir efecto. Por fin, tras diversos sobresaltos, entre ellos los atentados terroristas, los escándalos corporativos y una recesión, la economía de EE UU está acelerando.

Hoy, EE UU no puede ser el único motor del crecimiento mundial, otros han de tomar medidas audaces -entre ellas, reformas estructurales fundamentales donde sea necesario- para estimular el crecimiento nacional, crear empleo y contribuir a la prosperidad mundial. EE UU es el primero en dar ejemplo, con hechos, no sólo palabras. Así, seguimos actuando para reforzar nuestra economía y crear empleo.

EE UU no puede ser hoy el único motor del crecimiento mundial, otros han de tomar también medidas audaces

El presidente Bush reveló en septiembre un plan con seis puntos para garantizar el éxito económico que todos queremos ver. Conforme al plan, daremos pasos para crear las condiciones en las que los empresarios contraten a más trabajadores y nuestra economía siga creciendo.

Tenemos una ambiciosa agenda para incrementar al máximo el crecimiento y la creación de empleo en nuestro país. Estos pasos, junto con las medidas de estímulo propuestas por el presidente Bush, llevarán nuestra economía a la recuperación, avanzando hacia un nuevo nivel de expansión, prosperidad y éxito.

Todos los países han de reforzar sus políticas y realizar reformas dirigidas a lograr crecimiento. Todos nos beneficiamos cuando el sistema financiero internacional se basa en los principios del libre comercio, los tipos de cambio basados en el mercado y el flujo de capital libre entre las principales economías. Me decepcionó mucho el fracaso de las conversaciones de la OMC en Cancún, México, el pasado septiembre. Para reafirmar nuestras ideas sobre el comercio mundial, EE UU apoya el comercio libre, porque un mundo que comercia libremente será cada vez más próspero. Para las naciones en desarrollo, el comercio libre vinculado a la reforma económica ha contribuido a sacar de la pobreza a cientos de millones de personas. El crecimiento de la libertad económica y la propiedad en los países en desarrollo crea los hábitos de la libertad, así como el reclamo de democracia y reformas políticas. También, por supuesto, en EE UU apoyamos el comercio libre porque crea empleo. Es vital para el éxito de nuestra economía.

Las crisis económicas y financieras pueden interrumpir nuestros esfuerzos para lograr un crecimiento sostenido. Me complace que los spreads en los mercados emergentes hayan bajado y que haya habido menos crisis, y que los flujos de capital hayan ascendido. También me alegro del progreso realizado en los cambios de política para mejorar la previsión en los mercados emergentes. El establecimiento de cláusulas de acción colectiva como modelo de mercado es un paso adelante decisivo. Fomentar el crecimiento y la creación de empleo es el mejor modo en que podemos ayudar a los países en desarrollo. Con el espíritu de Monterrey, el G-7 continúa trabajando para aumentar la ayuda al desarrollo a través de un enfoque basado en los resultados y centrado en los países que ponen en práctica reformas creíbles.

En cuanto a Irak y Afganistán, la tarea de apoyo a la reconstrucción es enorme, pero crítica. Aunque ha habido un progreso importante, queda mucho trabajo para sentar las bases de un crecimiento liderado por el sector privado y un progreso significativo a los pueblos iraquí y afgano. El presidente Bush ha señalado nuestro compromiso de conceder sumas considerables para respaldar este esfuerzo. Yo he instado a otros a aceptar el reto de ayudar a ambos países en la tarea de la reconstrucción.

También pediré con insistencia amplio apoyo para medidas que garanticen que los sectores informales no son refugios alternativos para los flujos de fondos terroristas. Fomentaré medidas para asegurar que los donativos llegan a causas nobles y no respaldan el terror. Estas medidas son un complemento importante de nuestro continuo esfuerzo para negar a los terroristas el acceso a las redes de financiación internacional.

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