Los minutos del ministro
No voy a perder un minuto de mi tiempo para rebatir algo que carece por completo de sentido, vino a decir con su intemperancia característica el ministro de Fomento, Francisco Álvarez-Cascos, en respuesta a la pregunta de un periodista interesado en saber detalles sobre la estación del AVE en Guadalajara.
El ministro, siempre irritado y al borde de las descargas de adrenalina y de las erupciones temperamentales, quiso sin embargo explicar en términos de grave perjuicio lo que a todas luces es innegable fortuna económica. Porque se trata de que la mencionada estación ferroviaria está proyectada precisamente junto a unos terrenos propiedad de la familia política de Esperanza Aguirre, compañera del Partido Popular y candidata por esa formación a la presidencia de la Comunidad de Madrid, convocadas para el domingo 26 de octubre.
El ministro asegura que como la decisión de su departamento supone la expropiación de una parte de los terrenos de esa familia, lo que se les irroga como expropiados es un perjuicio. Así que los parientes de Esperanza lejos de ser agraciados son una vez más damnificados por el bien de todos nosotros.
En todo caso, qué interesante resulta esa decisión irrevocable del ministro Álvarez-Cascos contra la pérdida de un solo minuto de su tiempo adoptada después del espectáculo padecido de tantos plazos vencidos y demorados para la puesta en marcha del AVE Madrid-Barcelona, un proyecto estrella que parece la feria de la precariedad, de la improvisación, de la arrogancia y del despilfarro, con el añadido de la sordera a los dictámenes técnicos sobre el peligro de los asbestos que tanto alarman al Colegio de Geólogos de Aragón.
O sea, que el ministro de Fomento no va perder ni un minuto de su tiempo en dar las explicaciones que le reclama la prensa sobre el enriquecimiento que pudiera sobrevenir a la familia política de una compañera de partido como Esperanza Aguirre, mientras nos ha hecho perder a todos meses y meses con el retraso del AVE para terminar anunciando ahora que sobre ese trazado los trenes circularán a velocidades muy inferiores a las pregonadas para la propaganda.
Volvamos al estribillo, paro, despilfarro y corrupción fue el lema acuñado por el implacable PP cuando bramaba en la oposición para desbancar del Gobierno al PSOE. He aquí un resumen tan sumario como excesivo. En materia de paro todas las exaltadas mejoras del aznarismo siguen situándonos casi a la cabeza de la UE, pese a que el índice de actividad de la población femenina continúa siendo uno de los inferiores. Como despilfarro puede señalarse la multiplicación del déficit de RTVE al servicio del sectarismo político y de la depravación auspiciada por los programas basura, cuya financiación pública se considera irrenunciable para la adecuada vertebración de España.
Y de la corrupción queda constancia con un rosario de impunidades que va de Zamora a Burgos y a Valencia, a Gescartera, al HSBC, a Romero de Tajada y a tantos y tantos con un apeadero también en el AVE, donde el yernísimo Alejandro Agag ha hecho gala de contactos e influencias bien retribuidas a favor de Cobra y de otras empresas italianas 'nuevas en esta plaza' y ajenas a estos afanes ferroviarios, pero que fueron contratadas para la señalización todavía empantanada y para otras tareas relevantes asumidas de modo temerario y sin experiencia previa alguna.
Pero más allá de la lógica de Cascos debe reconocerse que las expropiaciones han enriquecido a muchos, cuando el justiprecio recibido mejora cualquier otra expectativa económica de ese suelo. Así debió suceder en el caso del trazado del AVE Madrid-Sevilla, cuyas expropiaciones se hicieron sin que haya quedado constancia de una sola reclamación judicial de los afectados.
Pero sobe todo, sucede que nuestro ministro, especializado en amedrentar periodistas, ha intentado escaquear las realidades más elementales. ¿Alguien pone en duda que el valor de unos terrenos se multiplica de manera inversamente proporcional a la distancia o si se prefiere de manera directamente proporcional a la cercanía a cualquier gran infraestructura de comunicación como la que representa, por ejemplo, una estación del AVE? Continuará.