España afronta altos costes por alejarse del límite de emisiones contaminantes
æpermil;ste es el panorama con el que España llega a la Conferencia Mundial sobre Cambio Climático que se celebrará en Moscú desde hoy y hasta el 3 de octubre. Aunque el foro es de carácter técnico-científico, se prevé una evaluación del futuro del Protocolo de Kioto. Firmado en esta ciudad japonesa en 1997, el tratado establece cuotas de reducción de los gases contaminantes que provocan el cambio climático. Pese a que aún no está en vigor (debido a la retirada de EE UU se necesita la ratificación de Rusia para que los países firmantes sumen el 55% de las emisiones exigido), la UE se ha comprometido a aplicarlo.
Los Quince, que aportan el 24% de los gases contaminantes del mundo, deben reducir sus emisiones un 8% con respecto al nivel de 1990 en 2008-2012, pero hasta 2001 sólo lo había hecho un 2,3%. De los Estados miembros, 10 superarán su proporción acordada. De ellos, España, Irlanda y Portugal 'son los que están más lejos de cumplir su proporción del objetivo global de la UE', según la Agencia Europea de Medio Ambiente.
La ministra de Medio Ambiente, Elvira Rodríguez, manifestó la semana pasada ante el Senado que lo importante es que se están 'arbitrando las medidas precisas y que tengamos la firme voluntad de cumplir este compromiso'.
Pero se critican la falta de medidas, como incentivos fiscales, para primar el medio ambiente. 'España está muy lejos de cumplir los objetivos de Kioto y nos va a costar mucho dinero. Como no apliquemos los instrumentos flexibles nos va a ir muy mal', afirma Héctor Gómez, especialista en medio ambiente de RIC Consultores.
Algunas estimaciones apuntan a que las empresas españolas tendrán que invertir alrededor de 6.000 millones de euros sólo en cambios tecnológicos e implantación de sistemas de conservación del medio ambiente.
El coste total es difícil de estimar, porque depende del precio que se ponga a la tonelada de CO2 en un mercado que se va a crear de compraventa de derechos de emisión. æpermil;ste es uno de los instrumentos de flexibilidad del tratado, para lo que es necesario que se asignen las cuotas a los sectores y compañías, que aún no se ha establecido.
Otro es el instrumento de compensación, por el que un país obtiene más derechos de emisión al invertir en otro menos desarrollado con el fin de reducir la contaminación del país receptor.
Según José Luis García Ortega, responsable de cambio climático de Greenpeace, 'una cuestión polémica es definir si el sector industrial debe asumir el coste o si va a haber subvenciones', algo que la organización considera 'inaceptable'.
Sin embargo, las empresas creen que la Administración debe asumir parte del coste, porque si no supondría 'una pérdida de competitividad internacional', declaró recientemente Santiago Oliver, asesor técnico de la Unión de Empresas Siderúrgicas.
Nace un mercado para compraventa de humos
Las emisiones de gases contaminantes se perfilan como moneda de cambio de un mercado de incipiente creación. La UE pretende adelantar a 2005 (el Protocolo de Kioto lo estipula para 2008) la puesta en funcionamiento de un mecanismo por el que las empresas y los países que excedan sus cuotas puedan comprar derechos de emisión a aquellos que no lleguen a sus límites establecidos. Así, países como España podría pagar a otros como Luxemburgo, que no agota su cuota, sus derechos de emisión. Reino Unido es uno de los pocos países en los que este mecanismo, muy incipiente aún, funciona. En el mercado de Londres de CO2 participan 34 compañías y tuvo su primera subasta en mayo pasado.