La SEC admite un problema de gobierno en la Bolsa de Nueva York
El presidente de la SEC, William Donaldson, admitió ayer la existencia de un 'problema de gobierno empresarial' en la Bolsa de Nueva York, cuyo presidente, Richard Grasso, se vio forzado a dimitir la semana pasada. El regulador también ha emprendido una investigación, paralela a la de la propia Bolsa, sobre la labor de los especialistas del parqué, cuyas prácticas están bajo sospecha.
El presidente del organismo regulador de los mercados de Estados Unidos (la SEC), William Donaldson, abandonó ayer su silencio sobre el escándalo empresarial que ha golpeado la cúpula de la Bolsa de Nueva York y admitió la existencia de un 'problema de gobierno empresarial' en el primer mercado del mundo. Algo que no deja ser la constatación de un hecho, puesto que el presidente de este mercado ha tenido que dimitir ante el clamor de los inversores.
Así, y de forma solapada, Donaldson anima al mercado a llevar a cabo una reforma que evite que se repita el escándalo que se llevó por delante a Grasso, es decir, una paga de 140 millones de dólares. Algo que puede provocar conflictos de intereses en un puesto que tiene atribuciones de regulador del mercado. 'La paga tiene que ser apropiada para alguien que regula', aseguró Donaldson, quien también alabó el nombramiento de John Reed como presidente interino. Cobrará un millón de dólares al año.
En este contexto, cobra mayor importancia la investigación, emprendida por la propia Bolsa, sobre las prácticas de los especialistas de mercado. Grasso impulsó la investigación sobre estos operadores que se encargan, sobre el parqué, de cruzar órdenes de compraventa, dar liquidez y fijar precios, pero se encontró con la oposición de las firmas de especialistas. Según The Wall Street Journal, la SEC ha decidido impulsar a fondo esta investigación, a la que va a dedicar una de sus divisiones a tiempo completo.
El objetivo es conocer si los especialistas han utilizado en beneficio propio la información sobre órdenes de terceros para lucrarse o lucrar a sus sociedades con operaciones por cuenta propia. Grasso quiso impulsar este caso, pero se topó con la oposición de la firma investigada, LaBranche, y después tuvo que dimitir a causa de su excesivo sueldo.
Se extiende el escándalo de los fondos
Money y Time, dos de los semanarios de referencia en Estados Unidos, coincidieron en sus últimas ediciones al señalar que el escándalo de los fondos de inversión puede ser más grave de lo que en principio se cree.En este caso, del que se encarga el fiscal de Nueva York, Eliot Spitzer, quien puso contra las cuerdas a la banca de inversión por emitir recomendaciones engañosas, se investiga si algunas gestoras de fondos (Janus, Bank of America, Bank One y Strong Financial) permitían al hedge fund Canry Capital operar tras el cierre del mercado tomando en cuenta el valor liquidativo calculado al cierre de éste, con lo que se beneficiaban de las noticias que se producían en este intervalo.Los medios apuntan ahora a la consultora de inversiones Wilshire Associates y otro hedge fund, Millenium Partners, y señalan que algunos de los mayores fondos de la industria de valores permitirían esta operativa irregular a cambio de jugosas comisiones para sus gestores.