Las discográficas demandan a usuarios por cargar música en Internet
La industria de la música en EE UU no abandona los tribunales. Al contrario. En su nueva estrategia de perseguir a los usuarios de los servicios de las páginas web como KaZaA, que permiten los intercambios de ficheros de sonido, ayer la RIAA (asociación de las discográficas) interpuso 261 demandas en los tribunales en nombre de sus asociados, Universal Music Group, BMG, EMI, Sony Music y Warner Music.
La masiva entrada de denuncias por presunta infracción de la ley de derechos de autor se produce poco después de que esta asociación consiguiera que un tribunal de apelaciones les diera la razón al solicitar, sin mandamiento judicial expreso, a los proveedores de Internet la identificación de suscriptores sospechosos de compartir ilegalmente ficheros de música y cine. Operadoras como Verizon han tenido que entregar esta información y la RIAA ha trabajado durante semanas en la preparación de estas demandas.
Más perseguidos
Con todo, los afectados son una pequeña parte de los 1.600 clientes que las discográficas quieren identificar y llevar ante la justicia. Las empresas no buscan penas de cárcel pero sí importantes multas que repercutan en el bolsillo de los infractores, ya que culpan a esta actividad de la severa caída de ventas y beneficios del sector.
Las leyes estadounidenses de derechos de autor permiten multas por daños y perjuicios que fluctúan entre los 750 y los 150.000 dólares por canción. Las discográficas han señalado, no obstante, que están abiertas a un compromiso menos oneroso a propuesta de los acusados. Cary Sherman, presidente de la RIAA, ha dicho que las denuncias van dirigidas a los 'más importantes acusados' de la lista que contempla la asociación y que han movido más de 1.000 canciones en la Red infringiendo las leyes.
La industria quiere poner así coto a la caída del mercado en las que se embarcó a partir de finales de 2000 y principios de 2001.
En los primeros seis meses del año las unidades de discos compactos despachadas a los comerciantes han caído un 10%, manteniéndose el fuerte ritmo en la tendencia iniciada entre finales de 2000 y 2001, según un reciente comunicado de la asociación de discográficas. En este sector son conscientes de que la música tiene otros problemas, pero no les cabe la menor duda que las pérdidas llegan en buena parte de mano de la piratería.
Las últimas estadísticas de la RIAA muestran que en dólares las empresas han recaudado el pasado semestre un 9% menos que el año pasado. La caída de recaudación se hace muy clara desde 2000. El año pasado se estuvo por debajo de los niveles de 1998.
Para parar esta tendencia se han puesto en marcha varias iniciativas. La más reciente es la de Universal Music, la empresa más grande del sector y que ha reducido hasta un 32% el precio de sus discos en EE UU para tratar de hacer volver a los clientes a las tiendas. En el mundo de Internet, Macintosh ha diseñado un producto de venta de canciones a bajo precio para descargar en su I-Pod.
Amnistías por promesas
Las discográficas van en serio. Ese es el mensaje mandado y en cierta medida recibido por muchos usuarios. Entre la comunidad de internautas se respira más cautela desde que la asociación de esta industria hiciera públicos sus primeras intenciones de ir contra los usuarios al no poder ir contra las páginas web como KaZaA, Morpheus o Gnutella. La multa este año a varios universitarios, que pactaron pagar entre 12.500 y 17.000 dólares, fue un aviso de que sus amenazas eran más que palabras.Pero la RIAA prefiere tener una relación cordial con sus posibles clientes; por eso ayer, junto con las denuncias, anunció la puesta en marcha de un programa de amnistía para quienes admitan voluntariamente que han compartido ficheros de música. Para hacerse acreedor de este perdón, los usuarios deben prometer borrar los ficheros ilegalmente obtenidos y prometer no hacerlo más. Los ayer denunciados no tienen esta oportunidad.