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Cambios en el Ejecutivo

El vicepresidente logra situar a Costa para ordenar las telecomunicaciones

La elección de Juan Costa para sustituir a Josep Piqué al frente del Ministerio de Ciencia y Tecnología confirma, por un lado, el poder que todavía mantiene del vicepresidente Rodrigo Rato en el Gobierno y, por otro, suponen el reconocimiento a una eficaz gestión administrativa como responsable de Hacienda, primero, y después al frente de Comercio y el Turismo.

Considerado como un hombre de Rato, a cuya sombra ha desarrollado toda su carrera política, Juan Costa fue el primer secretario de Estado de Hacienda de los Gobiernos de José María Aznar, cargo desde el que impulsó la primera reforma fiscal del Partido Popular.

Tras las elecciones de 2000, Rato vuelve a confiar en él para asignarle la Secretaría de Estado de Comercio y Turismo, cargo que desempeñaba hasta ayer, y desde el que puso en marcha el Plan de Internacionalización de las Empresas Españolas, elaboró el programa de 25 medidas para consolidar a España como líder del turismo mundial y ha sido el interlocutor del Gobierno español ante EE UU y el Banco Mundial en las negociaciones para la reconstrucción de Irak.

Diputado por Castellón, Juan Costa afronta, a sus 38 años, que le convierten en el ministro más joven del nuevo Gabinete, el reto de dar sentido y definir un proyecto para un Ministerio creado por expreso deseo de Aznar y que, en sus tres años de existencia, no ha cumplido los objetivos de dinamizar la inversión en investigación ni de introducir a España en la sociedad de la información, ni ha conseguido poner orden en el complejo sector de las telecomunicaciones.

Precisamente, la inversión en I+D en España, que sigue sin equipararse a sus vecinos (está en el 0,96% del PIB, mientras la media de la UE es el 1,94%), es uno de los principales desafíos que deberá afrontar Costa, junto con la reactivación del que fuera el proyecto más importante para llevar a España a la sociedad de la información, el llamado Info XXI, y que ha sido uno de los más grandes fracasos de la gestión de sus antecesores, Ana Birulés y Josep Piqué.

Aunque este último consiguió en julio aprobar una continuación del plan que llamaron España.es, dotado con 1.029 millones de euros, las críticas de los internautas, las patronales Sedisi y Aniel, las pymes y los partidos de la oposición siguen ensombreciendo su futuro.

Responsables del ministerio reconocen que sólo es una declaración de intenciones a la que ahora deberán dar cuerpo y el nuevo ministro debe decidir a quién pone de cabeza visible que coordine y aplique este programa.

Respecto a la industria de telecomunicaciones y audiovisual, queda pendiente la nueva política tarifaria en telecomunicaciones, establecer una nueva fecha para el retrasado UMTS, la designación de nuevos operadores dominantes en telefonía móvil, liberalizar el bucle de abonado y bucle virtual, desarrollar la nueva Ley Audiovisual y el relanzamiento de la televisión digital terrestre.

Un candidato continuista para Comercio y Turismo

El ascenso de Juan Costa deja ahora vacante la Secretaría de Estado de Comercio y Turismo, cargo para el que Rodrigo Rato busca un candidato cuyo perfil garantice la continuidad en las políticas de apoyo a la internacionalización de las empresas y de desarrollo y calidad en el ámbito turístico.Aunque al cierre de esta edición fuentes próximas al vicepresidente confirmaban que 'todavía no hay una decisión', técnicos de la Secretaría de Estado, dirigentes del Partido Popular y empresarios del sector exportador coincidían en apuntar cuatro nombres como los mejor posicionados para suceder a Costa: José Manuel Reyero, actual vicepresidente ejecutivo del Instituto Español de Comercio Exterior (Icex); Manuel Lagares, director general de Política Comercial y verdadera mano derecha de Juan Costa en sus anteriores cometidos; Francisco Utrera, secretario general de Comercio Exterior, y Carlos Jiménez, que es subdirector general para asuntos de África y el Magreb.Algunos círculos apuntaban también el nombre de Fernando Bedoya, presidente de la empresa pública de comercio Expansión Exterior y hombre con una dilatada trayectoria profesional vinculada al comercio internacional.Todos estos nombres, son bien recibidos, en general, por los empresarios exportadores españoles, quienes reclaman del vicepresidente económico una mayor sensibilidad hacia el sector exterior español, tanto en las políticas generales del Gobierno como en los Presupuestos Generales del Estado.

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