El PIB da otro paso adelante
La economía española acelera suavemente. Este diagnóstico del INE con los datos de Contabilidad Nacional es fácilmente compartible. El crecimiento del PIB ha mejorado entre abril y junio, por tercer trimestre consecutivo, hasta el 2,3%. Un porcentaje nada desdeñable -coincide con la previsión oficial para todo el año- en un contexto internacional que incluye más de media Europa en plena anemia. Conviene por eso no perder la perspectiva, y ver en esa clave que el crecimiento español sea más de un punto y medio superior a la media de la UE. Las dudas pueden venir de si es sólido y equilibrado, es decir, sostenible.
Además del sector exterior, que ha disminuido su aportación negativa, la mejora del PIB se basa en el fuerte ritmo de aumento de la demanda interna, por el buen tono en el consumo privado y, sobre todo, de la inversión. Eso da fortaleza al crecimiento, especialmente porque la inversión en bienes de equipo ha tomado la buena vía. Tras cinco trimestres seguidos de caídas, lleva tres en franca recuperación. Las empresas están renovando o ampliando equipamiento o, lo que es lo mismo, ven el futuro con más optimismo. El desequilibrio se puede dar por el peso de la construcción, que sigue a todo gas, y se refleja en el empleo. Mientras en ésta casi se duplica su aumento -apoyado en la estacionalidad-, en la industria se ha vuelto a recortar.
El Gobierno hará mal si cree que tiene su trabajo hecho. La buena coyuntura nacional brinda la oportunidad de afrontar medidas pendientes. Los Presupuestos de 2004 son el mejor instrumento para acometer algunas, a pesar de la vorágine electoral que se avecina.