Sombras para Lula
La economía de Brasil registró en el segundo trimestre su mayor contracción desde 1998. Todo indica que los elevados tipos de interés, los más altos en cuatro años, están perjudicando las ventas de las grandes compañías. De hecho, el consumo de las familias se ha deteriorado más que nunca. Es decir, al presidente Luiz Inácio Lula da Silva se le complica el panorama económico. El Banco Central de Brasil tiene la obligación de continuar su política de recorte de tipos -actualmente en el 22%- para animar más las exportaciones, única partida que se salva de la caída generalizada de actividad, con un consistente crecimiento superior al 25%. El desarrollo 'no consiste sólo en acumular capital y asignar los recursos de la manera más eficiente', sino que 'representa una transformación de la sociedad', acaba de decir el Nobel Joseph Stiglitz, refiriéndose a América Latina. Lula está en ese virtuoso empeño. Aunque los datos no acompañen a su estrella, está logrando importantes avances en materia legislativa y apoyos internacionales que deben hacer, más pronto que tarde, que la economía secunde su empujón.