Ericsson amenaza con salir de Suecia si el país no adopta la moneda única
El gigante de telecomunicaciones sueco Ericsson podría trasladar su sede a otro país si en el referéndum del próximo 14 de septiembre Suecia decide no adoptar la moneda única europea. Así lo ha declarado Carl-Henric Svanberg, director general del grupo, al principal diario sueco Dagens Nyheter, en un artículo que firma junto a Anna Lindh, ministra sueca de Asuntos Exteriores. Es la primera vez en la campaña que un directivo apoya de una manera tan decidida la postura de un miembro del Gobierno.
Svanberg es optimista, a pesar de que los sondeos creen que menos del 40% de los votos serán favorables al euro. Para él, las empresas de los países integrados en la moneda única no padecen los riesgos de las fluctuaciones de la moneda. Además, tienen tipos de interés más bajos, lo que las hace más competitivas.
La mayor parte de los empresarios suecos son de la misma opinión que Svanberg. Los bajos tipos de interés, argumentan, traerán más crecimiento y la creación de más puestos de trabajo. 'Los capitanes de la industria son firmes partidarios del euro y están presionando a aquellos empresarios que todavía no se han decantado', declaró Hans Soderstrom, profesor del Centro de Negocios y Estudios Políticos sueco.
El directivo de Ericsson, empresa que lleva sin obtener beneficios algo más de dos años, cree que la compañía verá reducida su actividad si triunfa el rechazo al euro. Ericsson, que espera volver a ganancias antes de finales de año, tuvo unas pérdidas netas de 294,84 millones de euros entre abril y junio, un 33% menos que en el mismo periodo de 2002.
El propio Gobierno está dividido ante el referéndum. El primer ministro, Goran Persson, calcula que la entrada en el euro facilitará la creación de entre 100.000 y 150.000 puestos de trabajo. El ministro de Comercio e Industria, Leif Pagrotsky, difiere. Rechaza los perjuicios que los partidarios del euro señalan para la industria sueca si no adopta la moneda única. 'Creo que otros factores jugarán un papel más relevante', comentó. 'La inflación alta sí que asustará a los inversores y no el insignificante coste de los cambios de moneda'.
Suecia es dependiente en gran medida de las exportaciones y realiza el 40% de sus transacciones con países de la zona euro. Si el referéndum es favorable a la entrada en la moneda única, Suecia abandonará la corona en 2006. El cambio, según estimaciones oficiales, costará al país 377 millones de euros (3.500 millones de coronas).