La letra menuda del 'contrato del siglo'
El Ayuntamiento de Málaga sólo permitirá que FCC, Urbaser y Sando permanezcan en Limasa, la empresa mixta que gestiona la recogida de basura y la limpieza de calles, si se desprenden de la mayoría del capital social.
En 2001 el municipio dejó desierto el concurso público convocado para elegir a los socios privados de Limasa. Acto seguido obligó a los concursantes (FCC, Urbaser-Sando) a crear una unión temporal de empresas (UTE) que convirtió, por adjudicación directa, en el socio mayoritario de Limasa, con el 51% de las acciones. ¿Por qué FCC y Urbaser tuvieron que compartir el que se vino a denominar contrato del siglo por su volumen y duración? Nunca estuvieron claros los motivos, aunque los conocedores de la operación apuntan que el alcalde, Francisco de la Torre (PP) quiso desmentir así los rumores que apuntaban a FCC como ganador del concurso. 'Quiso contentar a todos y a ninguno nos gustó', apuntan fuentes próximas al consejo de administración de Limasa.
En cualquier caso, la UTE, en la que es mayoritaria FCC, se hizo con la mayoría de Limasa y la gestión de un servicio valorado en algo menos de 43 millones anuales, adjudicado por 18 años, ampliables a 24.
Pero el contrato del siglo no fue el inicio de una larga amistad, sino el comienzo de un prolongado pulso. En junio del año pasado se escenificaron públicamente las diferencias entre los socios privados y el Ayuntamiento. La plantilla inició una huelga de siete días, cargada de conflictividad social que el alcalde trató de sofocar al margen de Limasa y sus socios privados. Con posterioridad exigió el cese del gerente de Limasa, Ignacio Menéndez, que finalmente dimitió, aunque año y medio después aún se mantiene en el cargo en funciones.
Entrada la primavera de 2003, el comité de empresa convocó otra huelga. Era precampaña electoral y la ciudad aún no había olvidado las algaradas del año anterior. Esta vez el equipo de Gobierno reunió una generosa lista de puntos incumplidos por Limasa y llevó al pleno municipal un acuerdo para deshacerse de FCC, Urbaser y Sando.
Este acuerdo, aprobado por unanimidad por todos los grupos políticos y respaldado por el Consejero Económico y Social de Andalucía, debería haberse llevado a cabo ya, pero el miércoles pasado, coincidiendo con el ecuador de la Feria, el equipo de Gobierno elevó al pleno otra propuesta para aplazar durante tres meses la resolución del contrato de limpieza.
El argumento oficial es un escrito presentado por los socios proponiendo abrir una vía de diálogo: 'La Ley de Régimen Jurídico de las Administraciones Locales nos obliga', se justifica Bernardo Pinazo, concejal de Medio Ambiente y juez en excedencia elegido por el alcalde De la Torre para poner orden en Limasa.
Pinazo cree posible el acuerdo con los socios privados, a pesar de que FCC, Urbaser y Sando estaban ya prácticamente en la puerta. æscaron;nicamente reclama que el Ayuntamiento pase de ostentar del 49% al 51% del capital de la empresa mixta. 'No queremos sólo la mayoría en el consejo de administración porque entonces los acuerdos se bloquearían en la junta de accionistas'.
¿Por qué se da marcha atrás en el último momento? Desde el grupo municipal socialista se apunta que existen presiones económicas y políticas 'al más alto nivel'. La portavoz socialista, Marisa Bustinduy, asegura que el alcalde 'da una de cal y otra de arena', pero que 'las arenas' son otros quienes las manejan, en una poco velada alusión a la supuesta participación del secretario del PP, Javier Arenas, en el conflicto.
El portavoz de Izquierda Unida (IU), Rafael Rodríguez, sostiene que 'todos los males' proceden del empeño en 'forzar una UTE entre las tres empresas' y sospecha que 'han existido presiones políticas porque empresas como éstas no quieren salir por la puerta de atrás, no tanto por la cuantía del contrato que pierden como por el precedente que se crea'.