Los cortos deciden tirar la toalla
No es una medida de longitud. Como se ha dicho en numerosas ocasiones, las Bolsas suelen utilizar palabros para resaltar magnitudes y asuntos internos y conferirles un aire mágico. Son términos de difícil comprensión pero de explicación muy sencilla. Así, estar corto en Bolsa es haber apostado de ante mano por la baja del mercado. Para ello se han vendido acciones o futuros que no se poseen con el ánimo de recomprarlos a precios más bajos.
El verano transcurre de manera irreversible y los bajistas, que ya en el comienzo de la estación apostaron por la caída, se desesperan. Conforme pasa el tiempo, los índices siguen encerrados en una banda que presiona más al alza que a la baja, aunque sin estridencias.
Se cuenta en los últimos días que este o aquel índice han alcanzado los mejores registros del año, como si en el empeño hubiese mucho repicar de campanas y grandes movimientos dentro de los mercados. No es así. En términos de Ibex, que es el caso más cercano, los máximos del año son un ligero suspiro sobre el nivel de los 7.000 puntos. Esta referencia se ha repetido hasta la saciedad en los tres últimos meses. El mercado no ha sido capaz de alejarse ni al alza ni a la baja de esta cota, que por eso se ha hecho muy popular.
Hay momentos, como la semana pasada, en que muchos participantes en el mercado deciden tirar la toalla, porque se van de vacaciones. No hay más. Esta situación provoca la recompra de posiciones por lo mejor y como el volumen de negocio es muy escaso, los índices saltan con cierta fuerza. Las recompras, en fin, tienen mucho que ver en este último movimiento al alza, porque los fundamentos económicos que se han conocido en las últimas semanas no son todo lo vigorosos que apuntan algunas acciones. Las posiciones técnicas dominan, hoy como hace tres meses, la situación en las principales Bolsas.