La negociación de energía, una actividad que mueve 13.000 millones al día
El negocio de comerciar con electricidad se hizo tristemente famoso con la quiebra de Enron, que gracias a esta actividad se había convertido en una de las mayores y más admiradas compañías de Estados Unidos. Posteriormente se demostró que gran parte de las operaciones de compra y venta de electricidad no existían, y que Enron era un gran fraude, pero eso no ha desanimado a la gran banca de Wall Street, que se ha volcado en un negocio que cada día mueve 13.000 millones de dólares (11.400 millones de euros).
Esta apuesta no desvía a la banca de su negocio tradicional, pues la intermediación de energía tiene más que ver con el juego inversión-especulación de Wall Street que con la actividad típica de una empresa eléctrica. Se trata de poner de acuerdo a generadores de electricidad, distribuidores y comercializadores, en un mercado virtual, adquiriendo la energía en unas partes y llevándola a otras, operando tanto al contado como con futuros.
Venta masiva de activos
Este era el negocio de Enron, aunque gran parte de él fuese falso. Y a eso mismo se dedican ahora Morgan Stanley o Goldman Sachs. Merrill también lo hacía hasta que en 2001 vendió su división a Allegheny, operación en la que incluyó a su jefe de intermediación, ahora acusado de robar 43 millones de dólares. La quiebra de Enron provocó el desmantelamiento del sector. Cinco de las diez mayores empresas salieron del mercado, y se vendieron activos por 21.000 millones de dólares, lo que abrió las puertas a las firmas de Wall Street.
Estas entidades no detallan cuándo ganan gracias a este negocio, encuadrado dentro de las actividades de renta fija. La agencia Bloomberg considera que se reparten un pastel de 2.000 millones de dólares al año en comisiones.