Wall Street agradece que Greenspan se atenga al guión y sube tímidamente
El mercado anticipaba que la Reserva Federal mantendría los tipos de interés en el 1% y por ello el veredicto de la autoridad monetaria sobre el estado de la economía centró el verdadero interés de la sesión. El mensaje, ambiguo como suele ser habitual, tuvo un tinte moderadamente optimista que agradó al mercado. La Fed recalcó que su política monetaria y el crecimiento de la productividad continúan dando fuelle a la economía. El mercado se centró en el análisis de los aspectos positivos y respiró al escuchar que la economía muestra síntomas de fortaleza. Pero el organismo que preside Alan Greenspan también mencionó ciertas preocupaciones.
'El riesgo de que la inflación baje más de lo deseado es probablemente la principal preocupación para el futuro. En estas circunstancias el comité considera que la política acomodaticia puede mantenerse durante un tiempo considerable', explicó la autoridad monetaria. El mercado interpretó que los tipos de interés se van a mantener en el nivel actual, el más bajo en 45 años, durante un tiempo, algo también favorable para la renta variable.
Así, las Bolsas reaccionaron al alza nada más conocer la decisión de la Fed, tras haber pasado la mayor parte de la sesión con ganancias muy ligeras. El Dow Jones ganó un 1,01% mientras el Nasdaq se anotó un alza del 1,53%. Precisamente las expectativas de mejora justifican el buen comportamiento de los mercados este ejercicio. El S&P 500 sube un 12,56%, el Dow Jones, el 11,61% y el Nasdaq, un 26,32%.
La evolución de la deuda no experimentó grandes cambios tras la decisión de la Fed y, pese a un repunte momentáneo, los precios volvieron a caer. Así la rentabilidad del bono a 10 años, que se mueve a la inversa que el precio, continuó con su escalada de las últimas semanas, otro síntoma de que el mercado apuesta por la recuperación y una señal, también, de que la promesa de tipos de interés bajos por un tiempo pesa menos que esta confianza.
La renta fija se ha visto inmersa en una fuerte espiral bajista en precios que ha llevado la rentabilidad del bono a 10 años del 3,11% al 4,386% desde el 10 de junio.
El riesgo que entraña la caída de precios
El fantasma de la deflación se aleja para muchos en el mercado aunque la Reserva Federal sigue pensando que es un problema a tener en cuenta. La Fed admitió ayer que uno de los principales riesgos a los que se enfrenta la economía derivará de un descenso no deseado de los precios y que por eso los tipos se quedarán en el 1%. Esta semana estará cargada de otras referencias económicas y el IPC de julio que se conocerá el viernes será uno de los indicadores más decisivos. El mercado prevé un aumento del 0,2%.
La asignatura pendiente del paro
La Reserva Federal recalcó ayer que las tendencias en el mercado laboral continúan siendo mixtas, lo que significa que está preocupada por la escasa generación de empleo. En julio se destruyeron 44.000 empleos y aunque la tasa de paro remitió al 6,2%, se debió más a todos aquellos que dejaron el mercado laboral que a la creación de nuevos puestos de trabajo. Algunos datos económicos como el repunte del PIB (+2,4%) en el segundo trimestre avalan la tesis de la recuperación pero ésta será insostenible si no remite el paro.
El consumo sigue fuerte
La Reserva Federal destacó que, desde la reunión del 25 de junio hasta la de ayer, la evidencia muestra un fortalecimiento del gasto. Estos comentarios están en línea con los últimos datos económicos, que muestran que los bajos tipos de interés han favorecido la refinanciación de hipotecas (el cambio de préstamos a tipos altos por otros con tipos más bajos) y, por consiguiente, el aumento de la renta disponible en los hogares. El consumo sigue siendo la mejor baza de la economía estadounidense ante la ausencia de inversión empresarial.
Un importante soporte económico
Alan Greenspan se mostró confiado en la recuperación de la economía. Los bajos tipos de interés, sumados al crecimiento de la productividad, 'están aportando apoyo a la actividad económica'. La productividad de la economía estadounidense creció a un ritmo del 5,7% entre los meses de abril y junio. Este crecimiento supone que las empresas pueden producir más con menos costes laborales o lo mismo con menos trabajadores. Ello hace aumentar los márgenes de beneficio de las compañías, aunque normalmente gracias a los recortes de plantilla.