Iberia aplaza de nuevo su conversión en un holding
El nuevo presidente de Iberia, Fernando Conte, ha decidido aparcar la segregación de activos de la compañía, cuya finalidad es dar entrada a nuevos socios, ya que considera que esta medida no resulta estratégica en la actual coyuntura de recuperación del sector turístico.
Según fuentes próximas al consejo de administración citadas por Invertia, la aerolínea prefiere centrar todos sus esfuerzos a partir de ahora en competir con las compañías de bajo coste.
El objetivo del plan de segmentación de Iberia, que data de 2001, es dividir la compañía en cuatro divisiones: handling (gestión de equipajes), material, sistemas y carga. Estas áreas quedarían bajo el paraguas de una cabecera en la que también estaría englobada la división de vuelo. Posteriormente, la compañía tiene previsto dar entrada en el capital de estas filiales a socios.
La aerolínea ha aplazado en varias ocasiones su segregación desde que se produjeron los atentados del 11 de septiembre, esgrimiendo que era necesario esperar a la recuperación del sector para abordar un proyecto de esa envergadura. De hecho, el pasado mes de enero el presidente anterior, Xabier de Irala, comunicó a las centrales sindicales que se posponía la segregación hasta después del verano, a la espera de que se despejaran las incertidumbres que creaba en ese momento la probabilidad, luego confirmada, de que estallara la guerra.
Sin embargo, según fuentes próximas al consejo, el nuevo presidente de la compañía, que sustituyó a Xabier de Irala la pasada primavera, parece haber despejado definitivamente las dudas sobre la segregación y está dispuesto a relegarlo al último lugar de sus objetivos.
Un portavoz oficial de Iberia indicó que 'la compañía sigue incluyendo en su plan director para el periodo 2003-2005 la segmentación de la compañía, si bien no existe ni ha existido nunca una fecha para su implementación'.
La prioridad, la reducción de costes
Mes y medio después de asumir el cargo, el nuevo primer ejecutivo de Iberia, Fernando Conte, ha definido la pauta de lo que será su gestión al frente de la aerolínea española: los esfuerzos han de centrarse en el desarrollo de nuevas iniciativas que permitan reducir a marchas forzadas los gastos para competir en igualdad de condiciones con las aerolíneas de bajo coste, como Easyjet y Ryanair. La competencia generada por estos operadores, sumada al exceso de capacidad que padece el sector, ha provocado una feroz guerra de precios y, en consecuencia, una caída significativa del ingreso unitario (yield), y de la rentabilidad. Trasladado a la cuenta de resultado, Iberia ha reducido su beneficio neto el 30% en el primer semestre.Entre las medidas en las que trabaja actualmente la dirección de la compañía aérea está la introducción en sus vuelos de un servicio de tarifas a la carta, que consiste en ofrecer al cliente una amplia oferta de precios para un mismo avión, que variarán en función de la contratación o no de servicios como la restauración, la prensa y otros servicios complementarios.Así, cada cliente podrá volar con unas tarifas propias de una aerolínea convencional o con precios más reducidos, aunque con menos servicios, tal y como hacen las compañías de bajo coste.