Sube el dividendo
La alta rentabilidad por dividendo que ofrece la Bolsa española, la más alta en los últimos siete años, es fiel reflejo de las tendencias que han marcado los mercados en los últimos años. Refleja, en primer lugar, la incipiente recuperación de los beneficios empresariales. 2001 y 2002 estuvieron marcados por la crisis económica, que la Bolsa española sufrió a través del descenso del beneficio de las compañías con intereses en América Latina. Algunas, como Repsol, tuvieron que dejar de pagar al accionista.
El aumento del dividendo también indica el cambio de actitud de las empresas, conscientes de que el inversor prefiere pájaro en mano que ciento volando. En la euforia de Internet no se pagaba dividendo porque la expansión era más rentable para el accionista. Si Telefónica representó en 1998 el triunfo de esta filosofía cuando eliminó el dividendo, ahora ha protagonizado el giro inverso. Finalmente, la comparación de la rentabilidad de la Bolsa (el 2,737%) con el tipo de interés del bono (4,044%) da fe de la escasez de alternativas de inversión y puede explicar por qué, a pesar de la incertidumbre, el dinero vuelve poco a poco al parqué.