Dividendo seguro

El consejo de administración de Telefónica de ayer dio carta de naturaleza definitiva a su nueva política de retribución al accionista. Aunque el grupo que preside César Alierta ya acabó el año pasado con la decisión de Juan Villalonga de no repartir dividendo, ayer dio otro paso adelante en esa estrategia. Se comprometió a entregar un dividendo como mínimo de 40 céntimos hasta 2006. Una iniciativa que fue acogida con agrado por el mercado. Las acciones de Telefónica se revalorizaron un 1,41%, con un volumen negociado especialmente alto para el periodo estival. Cierto es que Telefónica se cubre las espaldas con una serie de cautelas excepcionales que le protegen en caso de que decida dar marcha atrás, pero no lo es menos que con su iniciativa manda un mensaje nítido al mercado. Los inversores saben ahora cuál es el terreno de juego en el que se va a mover la operadora hasta 2006 en materia de retribución al accionista. Es un paso más en la definición de una nueva compañía, que está saliendo de un profundo saneamiento financiero y en la que aún resuenan los ecos de la fuerte reducción de plantilla de la filial de telefonía fija.