El crecimiento como objetivo prioritario
El crecimiento económico, objetivo prioritario. Fue la conclusión de un informe elaborado por un comité de asesores del presidente de la Comisión Europea. ¿Cómo lograrlo? La respuesta es fácil, aunque no estoy muy seguro de que sea política. Fundamentalmente, hacer la economía europea más flexible. Pero es una solución a medio y largo plazo, con un potencial coste político y social elevado para algunos países.
Entre medias se puede proceder a una mayor expansión de las políticas económicas. De la política monetaria, con un teórico margen adicional para recortar los tipos oficiales. De la política fiscal, aunque en teoría limitado por el Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC). Y de la evolución del tipo de cambio. Como dijo recientemente el propio Duisenberg, la reciente caída del euro ha supuesto un alivio. ¿Un alivio económico?
Vayamos por partes. Aunque no se puede descartar que el BCE vuelva a recortar los tipos durante el año, no parece que la decisión sea inmediata. Más aún: el BCE cada vez tiene más argumentos para dar por finalizado el ciclo bajista en los tipos oficiales. Por un lado, la caída del euro puede tener el mismo efecto expansivo de un recorte de tipos. Y esto además de suponer una menor especulación para que el BCE los rebaje de nuevo. También es cierto que no se puede descartar que la actual subida del dólar sea temporal, dando paso más adelante a un nuevo retroceso. Pero no parece muy lógico, especialmente si se afianza la recuperación de la economía norteamericana. Es el siguiente factor a considerar: ¿es razonable esperar un nuevo descenso de los tipos oficiales en la zona euro cuando cambian las expectativas para los tipos de la Fed?
No podemos olvidarnos del factor que más preocupa en estos momentos al BCE. Se trata del cambio de orientación de la política fiscal. Reconocido oficialmente o no, lo cierto es que el déficit público para el área podría alcanzar niveles del 2,8 % del PIB este año (estimación del 2,2 % del PIB en 2002). No es lo mismo bajar los tipos para compensar el esfuerzo de los Gobiernos para reducir el déficit que hacerlo cuando la política fiscal discrecional es expansiva.
A medida que los Ejecutivos europeos reconocen su disposición a cumplir con el Pacto de Estabilidad, más crece el escepticismo en el mercado sobre el tema. No es sólo que el crecimiento sea más débil de lo previsto. Es que no se ponen todas las medidas necesarias para reconducir el déficit. Hemos escuchado argumentos como 'lo duro' que es reducir los gastos en una situación económica como la actual. También que el Pacto de Estabilidad debería haber tenido más en cuenta el momento del ciclo y los niveles de deuda. O incluso propuestas para eliminar del nivel de déficit la cifra de inversiones. La postura del BCE parece clara: el aumento del déficit público supone también una merma de credibilidad del proyecto de la UE. La pregunta que se hacía el presidente del Buba es clara: 'Si Alemania, la gran impulsora en su inicio del PEC, no lo cumple, ¿quién lo va a hacer?'.
El sector exterior fue el principal motor de crecimiento de la zona euro en 2002. Estamos hablando de 0,8 puntos en un crecimiento económico estimado del 0,8%. El consumo privado, con una subida estimada del 0,5 %, y la inversión, descenso del 2,6 %, mantuvieron un papel secundario si no negativo en el crecimiento. ¿Quién será el motor del crecimiento en los dos próximos años?
La debilidad de la demanda internacional y la apreciación del euro (a pesar de su reciente caída sigue estando un 28% por encima de los niveles mínimos de hace un año) se va a traducir este año en una aportación negativa del sector exterior al crecimiento. Nosotros la valoramos entre 0,3-0,4 puntos este año y neutral el próximo. Tampoco podemos confiar a corto plazo en la inversión, con un más que probable crecimiento negativo o plano. Aunque en este punto tenemos algunas dudas para 2004, dada la reciente aprobación por el Ecofin de la propuesta italiana de inversiones en infraestructura. Nada menos que inversiones a medio plazo financiadas con capital privado y desde el BEI, en teoría con una aportación anual al crecimiento cercana a un punto. Sólo nos queda el consumo privado.
Según nuestros economistas, la reducción de impuestos podría suponer un aumento de la renta disponible en más 0,5 puntos. Suficiente para acelerar el crecimiento del consumo privado durante 2004 hasta el 2% y el crecimiento de la economía hasta el 1,6 %. Es una cifra inferior a su crecimiento potencial, pero bastante mejor al crecimiento que esperamos para este año, del 0,5%.