Transparencia
El presidente de la CNMV, Blas Calzada, salió ayer al paso de la polémica que ronda en torno al canje de fusión de ACS y Dragados. Calzada explicó que ha pedido a ambas constructoras que informen con claridad a los accionistas de las razones por las que el canje fijado es inferior al ofertado en la opa lanzada en febrero por ACS sobre el 10% de Dragados. Y es que la operación que da origen a la mayor constructora española se está convirtiendo en un escaparate de usos al límite de la legislación bursátil. ACS entró en Dragados con la compra del paquete del SCH, con lo que se quedaba al borde de lanzar una opa. Posteriormente, compró otro 10% de Dragados en lo que se interpretó como un guiño a la CNMV y al Gobierno, que andaban molestos por el movimiento anterior. Ahora, el canje de la fusión y las maniobras de los fondos de alto riesgo para sacar el máximo provecho a la operación apostando por un Dragados más caro han vuelto a desatar el debate. Ante estas situaciones, la CNMV ha de pedir claridad y explicaciones, pero también ha de intervenir, y no tirar la piedra y esconder la mano, si observa y prueba algo irregular.