Inversión estéril

La acumulación de capital invertido en España ha alcanzado en los últimos años valores parejos a los del resto de Europa, según destaca un informe del Instituto Valenciano de Investigación Económica. Pero el destino de las inversiones estructurales, que generan capital físico, no ha sido el más rentable para la actividad. Prácticamente la mitad del capital acumulado se ha destinado a activos residenciales, que sólo reactivan crecimiento y empleo mientras se construye el inmueble. Sin embargo, la inversión productiva, con altos efectos multiplicadores sobre la actividad económica, es más escasa, sobre todo la que se concentra en tecnología.

La acumulación de capital se mantuvo durante la década de los noventa, pero lo hizo a tasas moderadas y con un estancamiento en la capitalización por trabajador, lo que supone un retroceso de la productividad, elemento determinante del éxito o fracaso de una economía en un mercado global. La batalla para atraer inversiones de carácter productivo es una labor que el Gobierno no puede abandonar, sobre todo en un momento en el que el motor del gasto público se ralentiza.