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Lealtad, 1

Todo es estadística mojada

Los fundamentos económicos son muy débiles tanto en Estados Unidos como en la eurozona. Librado el primer semestre del año tampoco se antoja prometedora en términos de valoraciones bursátiles la temporada iniciada de presentación de resultados empresariales.

Quienes de manera metódica apuntan luces para el segundo semestre del año, que eso también lo aireaban los ministros de Economía e Industria del antiguo régimen, se enfrentan a la hora de la verdad, porque los seis primeros meses del año han estado plagados de sombras.

Han aparecido de manera esporádica algunos indicadores de tenue mejora, pero en ningún caso ha existido continuidad mensual y, mucho menos, consistencia en los datos de actividad económica y de sentimiento de empresarios y consumidores.

Las Bolsas, sin embargo, han sorteado obstáculos por aquí y por allá, y batido expectativas de mejora, con rendimientos muy altos respecto a los tipos de interés actuales. ¿Cuáles son las razones de peso? Después de mucho investigar, de seguir al instante los movimientos del mercado, hay un asunto que llama la atención. Quizá ahí resida el éxito del mercado. Se trata de la negativa a mirar atrás y de la perseverancia en que el futuro será mejor.

Los bolsistas recuerdan que el jueves se publicó en Estados Unidos una cifra de desempleo que hizo temblar a muchos inversores y analistas. Los mercados, no obstante, se fijaron en un indicador de cuarta división. Entre los comentarios que se hicieron ese día respecto a la cifra de paro hay uno que explica el porqué de la buena tendencia de fondo de los mercados. El estratega jefe de un banco de inversión de primer orden dijo que los mercados no deben analizar ni valorar la cifra de paro, porque es agua pasada, que lo que viene será mejor. Dicen que el estratega se fumó un puro a continuación. Luego se echó la siesta. En fin, la estadística no sirve.

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