Economía prevé una reactivación moderada la segunda mitad del año
El crecimiento de la economía española se acelerará en la segunda mitad del año, aunque a un ritmo moderado. Así lo espera el Ministerio de Economía, que presentó ayer el último informe mensual de coyuntura.
El principal responsable de la aceleración del crecimiento será la demanda interna, que se prevé mejore incluso pese al 'gradual aterrizaje esperado de la construcción'.
No obstante, admite que la previsión oficial de crecimiento del 3% para este año 'está condicionada por la mejora del contexto exterior y, sobre todo, por el fortalecimiento de las grandes economías europeas, destino de la mayor parte de nuestras exportaciones'.
En contraste con el aumento de la contribución de la demanda interna, la aportación de la demanda externa fue más negativa en el primer trimestre del año, como consecuencia de una desaceleración de las exportaciones y un cierto repunte de las importaciones.
Según Economía, el consumo se verá impulsado por un aumento de la renta real de las familias, consecuencia de la reducción de los impuestos, 'la buena marcha del empleo y la desaceleración de los precios, favorecida por la caída de los precios del petróleo y la apreciación del euro'. Según el informe, en el primer trimestre de este año ha habido una tasa de variación interanual de la ocupación del 2,3%.
En cuanto a los precios, 'la evolución de la tasa de variación del IPC durante 2003 ha sido claramente descendente', con un recorte hasta el 3,1% en abril, frente al 4% del mismo mes en 2002.
También la recuperación económica mundial cobrará un impulso moderado en la segunda mitad del año. La falta de aceleración se debe a que 'la economía mundial aún no ha terminado de reabsorber la profunda corrección bursátil comenzada en el año 2000 y el exceso de inversión, especialmente en el sector de nuevas tecnologías', recoge el documento.
No obstante, se reconoce una mejoría en el panorama económico, porque 'el precio del crudo se ha reducido, los mercados bursátiles se han recuperado y la confianza de los consumidores empieza a mejorar'.
El informe reconoce que el ritmo de actividad en las principales economías ha sufrido una nueva ralentización, en gran parte por las incertidumbres vinculadas a la guerra en Irak. El alza del precio del petróleo y el descenso de la confianza incidieron en el gasto de los consumidores, a la par que la producción industrial y el mercado laboral evolucionaron desfavorablemente.