Izar reduce un 30% su capital para compensar pérdidas acumuladas
I zar inicia el recurso a los fondos propios para contrarrestar sus resultados negativos, una estrategia que, según su plan de negocio, está a punto de agotarse. Cuando se constituyó el grupo público de construcción naval se fijó en 600 millones de euros el nivel mínimo de fondos propios. Ahora, tras la reducción aplicada como consecuencia de las pérdidas acumuladas, se han situado en 598,5 millones.
Pero uno de los principales problemas de Izar es que no consigue engordar su cartera de pedidos en el área civil, a pesar de mantener el pulso en el área militar. Hace más de un año que no cierra un nuevo contrato de construcción, lo que ha provocado que en algunos astilleros la subactividad supere el 50% y que la adopción de medidas laborales de choque, fundamentalmente una regulación de empleo, empiece a estudiarse entre los gestores de Izar. Su cartera global supera actualmente los 4.500 millones de euros concentrados en el área militar.
Los problemas de Izar se agravan como consecuencia de una reciente decisión del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, que, en teoría, deberá suponer la devolución de un crédito fiscal de 110 millones de euros que le permitió la Administración española en 1998. El alto tribunal comunitario consideró este crédito como ayudas de Estado, lo que supone una violación de las leyes de competencia.
Este proceso no es el único que tiene abierto la compañía. Hace un mes, la Comisión amplió la fiscalización y cuestionó la creación del propio grupo, nacido de la integración de las factorías civiles propiedad de Astilleros Españoles y de los militares de Bazán y que, según la Unión, supuso unas ayudas de 2.000 millones.
La entrega de barcos gaseros se adelanta
Los tradicionales malos resultados en Izar y la escasa carga de trabajo que tienen sus astilleros civiles no ha impedido que uno de sus principales proyectos, la construcción de su primer buque metanero, se haya materializado antes de tiempo. Así entregará en julio a Naviera F. Tapias un buque de transporte de gas, casi un mes antes de lo previsto.La construcción de buques gaseros es un negocio en alza y con buenos dividendos, una vez descontados los trabajos de ingeniería. Sólo un selecto grupo de astilleros de todo el mundo está preparado para competir en un mercado donde las compañías coreanas llevan una sensible ventaja como consecuencia de la aplicación de prácticas de dumping, tal y como ha certificado la propia Unión Europea, que, sin embargo, no se ha decidido a tomar medidas firmes de protección para las empresas europeos.Izar tiene firmados la construcción de otros tres metaneros. Uno para la noruega Knutsen, otro para Elcano y uno más para F. Tapias. El primero de ellos se está armando en Sestao (Vizcaya) y los otros en Puerto Real (Cádiz). El valor de cada barco ronda los 180 millones de euros.