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Política agraria

La nueva PAC pone fin a las ayudas sin condiciones al campo

Sonriente y bastante fresco después de toda una noche de negociaciones, el comisario europeo de Agricultura, Franz Fischler, comparecía a medio día de ayer para ofrecer su positiva valoración de la reforma de la política agrícola común (PAC). 'La decisión de hoy marca el inicio de una nueva era', sentenció el austriaco obviando las concesiones que han arrancado los países rebeldes.

A juzgar por la euforia del comisario, el maximalismo del que le acusaban sus críticos parecía responder sólo a una calculada estrategia negociadora para imponer los principios fundamentales de su plan. Y en parte ha logrado su objetivo, pues incluso España y Francia se han resignado a que desde 2004 se resquebraje la filosofía del abono presupuestario que recibe el campo europeo con independencia de la salida en el mercado de cada cultivo. 'Los pagos directos no estarán ligado a la producción; los agricultores producirán lo que demanden los consumidores'.

A partir de 2004, una gran parte de las explotaciones agrícolas comenzarán a recibir un pago único calculado en función de los rendimientos obtenidos durante las cosechas de 2000 a 2002. Los pagos futuro dependerán del cumplimiento de las exigentes normas sobre protección medioambiental y bienestar animal que se han aprobado durante los últimos años. Se calcula que sólo el 5% de las explotaciones españolas ajustan su producción a los criterios ecológicos estrictos.

Aun así, los recortes en las ayudas no serán inmediatos. El acuerdo prevé periodos transitorios y excepciones según los cultivos y la renta de los agricultores (excluye a quien reciba al año menos de 5.000 euros en subsidios).

Pero con la reforma cerrada, el interés de la Comisión Europea ya no se centra en su impacto en el interior de la UE sino en la impresión que cause entre sus socios comerciales. 'La reforma nos permitirá adoptar una posición ofensiva en la ronda de negociaciones de la Organización Mundial del Comercio', asegura Fischler. El comisario se desmarca de 'la afición en el otro lado del Atlántico a dar lecciones'.

La lejanía de Canarias logra su recompensa

La situación geográfica, como suele ser habitual en las políticas comunitarias, ha deparado a las islas Canarias un trato especial en la reforma agrícola. Como en el resto de las llamadas regiones ultraperiféricas, en el archipiélago canario no se aplicará el recorte en las ayudas directas ni la condicionalidad de los subsidios al cumplimiento de ciertos criterios medioambientales o de salud alimentaria.

Se buscan jóvenes para el campo

La nueva PAC intentará combatir el envejencimiento de la población rural elevando en 10.000 euros las ayudas actuales (50.000 euros) a los jóvenes que pongan en marcha una explotación agrícola. Se aumenta, además, el porcentaje de las inversiones subvencionables y se señala explícitamente que los jóvenes agricultores gozarán de prioridad en la concesión de futuras ayudas.

Menos dinero para más demandantes

El plan de recorte se iniciará en 2005, con una reducción del 3%, y llegará al 5% en 2007. Desde ese mismo año el gasto agrícola quedará congelado, según el pacto alcanzado en octubre de 2002, y con la llegada de 10 nuevos socios el próximo 1 de mayo el número de aspirantes a los subsidios se incrementará sin que los fondos aumenten. En Polonia, el sector primario copa más del 15% de los activos.

El Mediterráneo salva el arroz y los frutos secos

El cultivo del arroz seguirá gozando de un régimen de intervención de precios, aunque se reduce drásticamente en un 50% (hasta 150 euros por tonelada). La producción de frutos, concentrada sobre todo en Cataluña, logra la creación de un régimen de ayuda permanente que beneficiará a más de medio millón de hectáreas. España recibirá por este concepto una ayuda global de 137 millones de euros.

Los lecheros del Cantábrico pierden apoyos

La producción lechera de Galicia y la cornisa cantábrica ha vuelto a salir perjudicada con la reforma de la PAC, como ya ocurriera con el tratado de adhesión de España a la UE. Si entonces las cuotas de producción obtenidas fueron claramente insuficientes, ahora se recorta hasta un 25% en cuatro años el precio de intervención para la mantequilla y un 15% en la leche en polvo.

Trabas al cultivo extensivo del cereal

Gracias a la presión de Francia el cereal ha escapado al recorte del precio de intervención, pero el 75% de la producción deberá cumplir rigurosos criterios medioambientales para percibir subsidios comunitarios. El 25% seguirá acogiéndose al antiguo sistema de ayudas a la producción, pero al agricultor se le impondrá un penoso proceso burocrático antes de concederle la prima.

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