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Petróleo

El bajo nivel de reservas y la debilidad de Irak apuntalan el precio del crudo

La tendencia al alza del precio del petróleo tiene vuelo corto. El consenso entre los analistas es que el barril de brent se sitúe entre 23 y 25 dólares de promedio en la segunda mitad del año. De enero a junio, la cotización media ha sido de 29 dólares. Dos factores distorsionadores amenazan con alterar las previsiones: las dificultades de Irak para reactivar sus exportaciones y el extremado bajo nivel de reservas de petróleo en los países OCDE.

Irak no ha respondido a las expectativas. El ministro de Petróleo colocado por el Gobierno de EE UU, Thamer Ghadhban, ha retrasado hasta finales de mes el objetivo de producción de 1,5 millones de barriles diarios, previsto para esta misma semana. La Agencia Internacional de la Energía (AIE), que vela por los intereses de la OCDE, califica la meta de 'demasiado ambiciosa, dado el estado de las instalaciones y el potencial de un deterioro mayor hasta que no mejoren las condiciones de seguridad'.

'Estamos ante los precios máximos a medio plazo', estima Jacobo Peñaranda, de Barclays Bank, 'han desaparecido los factores de restricción de oferta, especialmente los relacionados con Nigeria y Venezuela, y quedan factores que pueden apuntar a la sobreoferta', apunta.

Pero el principal agente para la sobreoferta, Irak, no funciona. La OPEP, que vigila muy de cerca a Irak, descarta que el país pueda poner en el mercado 1,5 millones de barriles diarios antes de 2004. El cartel, que controla el 40% del petróleo mundial y el 80% de las reservas, decidió el pasado miércoles mantener sus cuotas de producción en 25,4 millones de barriles diarios.

La desaparición de factores distorsionadores, como las huelgas en Nigeria y Venezuela, hacen que el mercado sea ahora más predecible

El precio del petróleo está en niveles confortables para el cartel y, con las previsiones de incremento de la demanda en la mano, los ministros del grupo comprenden que no es el momento de apretar las tuercas a consumidores.

La AIE estima una mejora sustancial del consumo mundial de crudo. De los 75,7 millones de barriles diarios registrados en el segundo trimestre a 77,7 en el periodo de julio a septiembre y 79,5 en el tramo final del año.

Los datos de demanda deberían animar una subida del precio, pero la desaparición de los factores distorsionadores contribuirá a la normalización, a la desaparición de primas de incertidumbre y, en consecuencia, a unos precios más relacionados con las condiciones del mercado.

Incremento de oferta

Los datos de demanda se conjugan con un incremento de oferta. Platts, la compañía que tasa el precio del brent, estima la producción de la OPEP en mayo en 26,35 millones de barriles. Pese a que los 10 ministros de la OPEP convinieron el miércoles en Doha en que es necesario un cumplimiento más estricto de las cuotas, las necesidades financieras (el petróleo representa el 90% de los ingresos medios por exportaciones del grupo) hacen que la tradición en el cartel sea la de saltarse los límites de producción.

'Hay factores potencialmente distorsionadores, pero los precios se debilitarán, el brent se situará entre 23 y 24 dólares', explica John Wagerlow, de Wood Mackenzie. El analista reconoce que no cabe esperar un desplome de precios porque 'las reservas de EE UU están realmente bajas y la posibilidad de ver el petróleo iraquí en el mercado a corto plazo se aleja'.

'El precio del brent podría situarse en 24 dólares a final de año si mejoran los inventarios mejora', explica Caroline Cook, de Deutsche Bank. EE UU estima que la oferta mundial crecerá este año 2,5 millones de barriles diarios, lo que 'debería servir para impulsar una recuperación de las reservas', señala el Departamento de Energía.

'No obstante, los inventarios están a meses de una cierta normalidad', explica Douglas MacIntyre, analista del departamento. Las existencias de petróleo en EE UU han caído un 12% en un año y están muy lejos del promedio del último lustro. El problema se traslada al mercado en forma de inestabilidad, ante la convicción de que hay poco margen para reaccionar ante acontecimientos imprevistos. La previsión de precios más bajos a medio plazo y las distorsiones en el suministro de algunos productores han desmotivado a los operadores para almacenar reservas.

En cualquier caso, consumidores y productores están de acuerdo en que el mercado del petróleo parece entrar en una senda más predecible.

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