Relevo aéreo
Xabier de Irala se despide de Iberia tras siete años a los mandos. Ha sido un periodo intenso, jalonado de continuos conflictos y dificultades, pero que se cierra con la compañía en su mejor momento. Irala llegó a una empresa inmersa en un doloroso plan de viabilidad que dejó paso a una recapitalización. Desde ahí, fue incorporando criterios de gestión de empresa privada a un ex monopolio público carente de flexibilidad. Acompañado por Ángel Mullor como escudero y con la confianza en el equipo gestor de la compañía, Irala ha introducido figuras novedosas como la franquicia aérea o desconocidas en España como los alquileres de flota con tripulación. En su haber está también la racionalización de las enseñas del grupo, la modernización de la flota y la permanente reducción de costes. Venció el órdago frente a los pilotos. La privatización le generó tensiones con el núcleo de accionistas, pero también consolidó a la compañía. Cabe desearle a Fernando Conte, al menos, los mismos éxitos.