El Gobierno alemán estudia congelar las pensiones el próximo ejercicio
El Gobierno alemán está buscando fórmulas para evitar un nuevo aumento de las cuotas al seguro de las pensiones, una carga excesivamente dura para las atribuladas cuentas públicas. Una fórmula que estudia Berlín es la de congelar en 2004 el aumento anual de la paga por jubilación, con lo que los 19 millones de jubilados alemanes deberían renunciar a la habitual equiparación en función del aumento del IPC.
Otra de las reformas propuestas es la de retrasar la edad de jubilación de los 65 a los 67 años. El creciente número de pensionistas y el descenso de contribuyentes, consecuencia del envejecimiento de la población y del alto nivel de paro, son algunos de los grandes retos que afronta la Administración Schröder.
Con el crecimiento económico al borde del colapso y con una tasa de paro del 10,4%, las perspectivas para Alemania no dejan de empeorar. El ministro de Economía, Wolfgang Clement, advirtió ayer que 'entre el 35% y el 40% de las pequeñas empresas afirman que están teniendo más problemas para el acceso a créditos que antes'.
El pasado jueves, Clement alertó que la economía germana 'se está deslizando hacia la contracción de crédito', lo que significa que la oferta de crédito cae por debajo de la demanda, echando por tierra las posibilidades de inversión de numerosas empresas y multiplica los efectos de la crisis económica.
El presidente del banco público de crédito KfW, Hans Reich, reconoció ayer el problema: las compañías con una calificación equivalente a BB-, usando los criterios de las agencias internacionales de calificación, lo tienen muy difícil para conseguir préstamos. 'Es cierto que estas empresas están sufriendo', admitió Reich. 'Se puede ver por el nivel creciente de insolvencias', añadió el banquero, quien advirtió que 'cuanto más lenta sea la recuperación, mayores insolvencias se darán'.
Los bancos están siendo ahora mucho más rigurosos a la hora de conceder préstamos, ya que el sistema financiero teme que la crisis económica que padece el país multiplique los créditos incobrables.
No obstante, Reich recordó que las empresas con buenas calificaciones no están teniendo problemas y descartó el riesgo de una contracción generalizada del crédito.