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Final de una era

Despega el último vuelo comercial del Concorde de Air France

Con 58 pasajeros a bordo, entre ellos el secretario de Estado francés de Transportes, Dominique Bussereau, el Concorde de Air France realiza hoy su último vuelo comercial. Aterrizará en Nueva York tras 3 horas y 45 minutos de vuelo. Una vez en Nueva York, el Concorde regresará el sábado a París poniendo así fin la aerolínea francesa a 27 años de explotación comercial de sus Concorde.

El vuelo AF001 saldrá a las 8:00 de la mañana (hora local) del aeropuerto JFK de Nueva York con destino a París, donde llegará al aeropuerto Roissy-Charles de Gaulle a las 17:45 de la tarde tras tres horas y cuarenta y cinco minutos de vuelo. Esta será la última vez que los clientes de la aerolínea podrán cruzar el Atlántico a la velocidad del sonido, si bien quienes lo deseen podrán seguir haciéndolo durante algunos meses en los aparatos que British Airways -que tiene siete de los doce- mantendrá en vuelo hasta octubre próximo.

Un final anunciado

El fin de los vuelos comerciales del Concorde fue anunciado el pasado 10 de abril por ambas compañías, que han decidido mantener en tierra definitivamente al avión supersónico por el fuerte aumento de sus costes de mantenimiento, así como por el fuerte descenso en la demanda provocado, entre otras cosas, por el accidente que sufrió en julio de 2000, en el que murieron 113 personas cuando un aparato se estrelló en la localidad de Gonesse poco después de despegar del aeropuerto parisino de Roissy. El aparato no volvió a volar hasta el 7 de noviembre de 2001, tras una serie de mejoras técnicas. En memoria de las víctimas de este trágico acontecimiento, Air France construirá un monumento que quedará expuesto a partir del 25 de julio, día en que se produjo el accidente, en las cercanías del lugar del siniestro.

En todo caso, el Concorde nunca fue rentable para ninguna de las dos compañías, que lo mantenían en vuelo más por el prestigio que les suponía ser las únicas compañías que podían atravesar el Atlántico a la velocidad del sonido que por los posibles beneficios económicos. De hecho, el presidente de Air France, Jean-Cyril Spinetta, indicó recientemente que la retirada de estos aparatos le supondrá a la compañía un ahorro de entre 30 y 50 millones de euros anuales. Y es que la tasa de ocupación del 60-70 por ciento que solía tener bajó hasta el 20 por ciento tras el accidente de Gonesse, ya que los clientes dudaban en pagar los 8.700 euros que costaba el billete de ida y vuelta tras semejante tragedia.

Futuro incierto

Termina así una aventura que comenzó en 1960 tras el acuerdo de colaboración al que llegaron cuatro compañías francesas y británicas (Sud-Aviation, British Aircraft Corporation, Bristol Siddley y la Snecma) y que no tendrá sucesor, ya que de momento no hay ninguna constructora interesada en volver a fabricar un avión supersónico civil. El Concorde, que podía transportar a 92 pasajeros a una velocidad de crucero de 2.300 kilómetros por hora, efectuó su primer vuelo de prueba sobre Toulouse el 2 de marzo de 1969 antes de iniciar su andadura comercial en 1976 de la mano de Air France y British Airways.

El futuro de los aparatos de la compañía británica es incierto aún, pero Air France ya ha anunciado que cederá cuatro a diversos museos aeronáuticos, como el National Air and Space Museum de la Smithsonian Institution de Washington o el Techkik Museum Speyer de Sinsheim, en Alemania, mientras el quinto quedará expuesto en el aeropuerto parisino de Roissy-Charles de Gaulle. Esta decisión fue tildada de "tragedia" por la compañía Virgin Atlantic, cuyo presidente, el millonario británico Richard Branson, intentó sin éxito convencer a la aerolínea gala para que le vendiera sus aparatos, con lo que ahora volverá su mirada a British Airways con la misma intención.

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