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Información

Una nueva era para los grandes medios en EEUU

Ver unidas a la Asociación Nacional del Rifle (NRA en sus siglas en inglés), a los miembros del MoveOn.org (uno de los pilares del movimiento pacifista), el Partido Demócrata, los sindicatos y los obispos católicos, entre otras dispares organizaciones, es un acontecimiento histórico. Pero la mutua sospecha sobre los medios de comunicación así lo ha dispuesto.

El lunes 2 de junio, la Comisión Federal de Comunicaciones de EE UU (FCC), presidida por Michael Powell, va a completar un proceso de 18 meses que supone la revisión de las normas que limitan la propiedad de las cadenas de televisión y los periódicos. La FCC, que cada dos años revisa estas regulaciones para asegurar que no haya desfases entre éstas y las posibilidades tecnológicas, tiene la mayoría republicana necesaria para sacar adelante unas normas que muchos ven como la llave para acabar con los pequeños grupos y reducir la libertad de expresión.

Según la propuesta, se levantará la prohibición a que un mismo grupo de medios tenga una estación de televisión y un periódico en un mercado concreto y se permitirá que una empresa tenga hasta tres estaciones de televisión en una demarcación. En el punto central de la controversia se sitúa la norma que permitirá a las televisiones adquirir cadenas que le permitan llegar al 45% de la audiencia en el país. El límite está ahora en el 35%.

Los grandes grupos de medios y los republicanos son los defensores en solitario de este nuevo conjunto de normas y aseguran que no habrá una ola de compras que acabe con los grupos más débiles o locales. Muy pocas empresas, entre ellas Disney, han admitido que comprarán más televisiones para recortar costes y ganar audiencia.

Por lo que se refiere a los medios escritos, pocos en el mundo de la televisión creen que desde este medio se vaya a dar el salto a la prensa. Mel Karmazin, presidente de Viacom, dijo hace poco ante el Congreso que su empresa no comprará periódicos 'porque no es una industria en crecimiento'.

Por parte de los medios escritos se asegura que la televisión les supone muy altos costes y que las sinergias son mínimas en publicidad y en recursos humanos, ya que habría que aumentar el salario a las plantillas.

Algunos bancos de inversión como JP Morgan creen que el beneficio del cambio para esta industria será pequeño marginalmente porque, según advierten, las compañías de televisión suelen comprar con sobreprecio.

Pero no convencen. Desde la NRA se cree que cadenas opuestas a lo que ellos defienden como su derecho constitucional a llevar armas, 'como Disney y CNN', dominarán las audiencias y minarán su influencia. Esta asociación ha pedido que se inunde la FCC con cartas expresando su disconformidad con la medida. La comisión ha recibido unas 320.000 cartas, postales y correos electrónicos con comentarios, el 99% de ellos contra de las nuevas reglas.

Desde los grupos de izquierda y de minorías se teme que el modelo ultraconservador de la Fox, de Rupert Murdoch, se multiplique silenciando la disidencia. Murdoch aseguraba la semana pasada que no iba a comprar nada más. El comentario, hecho en una sesión de control a su proyectada compra de Direct TV, provocó la risa de los congresistas.

Powell quiere tranquilizar y ha dicho que las compras deben aprobarse por el departamento de competencia y por la FCC, que usará el criterio de interés público.

Pero para los que ven un precedente en el resultado de la desregulación de la radio en 1996, donde se ha reducido competencia e influencia, esto no basta y aplauden que algunos legisladores preparen ya una contralegislación a la de la FCC.

La concentración en el mercado hispano

'Hablamos de eso después del lunes. Es muy importante, pero nadie se ha puesto con ello, la verdad'.Y esto es todo lo que dijo Michael Powell, presidente de la FCC, cuando se le preguntó por la fusión de Univisión e Hispanic Broadcasting. Powell ha admitido que el cambio de regulación de la propiedad de medios ha absorbido el trabajo de la FCC. Mientras, el asunto de la concentración de los medios de comunicación en español se enrarece.El acuerdo de compra por parte de Univisión, que llega a casi el 97% del mercado hispano de EE UU, se aprobó en marzo por Justicia después de que la cadena acordara la venta de unos activos. La FCC ha retrasado su decisión y sigue pidiendo información.Powell dice que todavía no ha pensado si se ha de considerar a la televisión hispana como un mercado diferente al inglés, pero mientras lo considera, los opositores al acuerdo, la competidora Spanish Broadcasting, tratan de acabar con él aduciendo que la televisión hispana no puede estar en manos 'no hispanas', en referencia a Univisión, y ser 'sólo conservadora'. El ex presidente de Univisión Henry Cisneros ha publicado un anuncio diciendo que Univisión es una televisión 'con fuerte presencia hispana', a pesar de que su presidente, Jerry Perenchio, no lo sea y desmintiendo que la adscripción republicana de Perenchio haya escorado la cadena. Demócratas como Tom Daschle e Hillary Clinton temen que Univisión juegue una importante baza en el electorado hispano, la mayor minoría del país.

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