Vuelve el lanzador de puñales
En ese gran circo que con frecuencia es la Bolsa hay una representación que acapara el interés de los espectadores desde hace dos semanas. Se trata del lanzador de puñales. Un especialista en la materia que calcula las décimas de segundo y los milímetros que separan el tiro del blanco, porque se trata de no malherir a la persona que se somete a la tortura.
El deterioro de las expectativas económicas tanto en Japón como en la zona euro y, por supuesto, en Estados Unidos ha puesto en guardia a la pléyade de agitadores y analistas que viven de la intermediación bursátil, unas veces, y de la especulación pura y dura con la compraventa de acciones, otras.
Los lamentos de los últimos días se ceban en la demostrada capacidad de resistencia de los mercados de acciones en las dos últimas semanas. O en otros términos, que los varapalos del estreno de esta semana han sabido a muy poco, porque la mayor parte de los telepredicadores espera y apuesta ahora por mayores recortes cuando hace 15 días, precisamente, abogaban por lo contrario.
Puede decirse que la Bolsa es el blanco que no debe malherir -mucho menos matar- el cuchillo lanzado por el especialista. Sucede, no obstante, que los lanzamientos se intensifican más de lo debido, porque cada día hay más puñales del entorno que coger y lanzar. Abundan las referencias negativas a medida que pasa el tiempo y lo normal es que alguno de ellos dé en el blanco que no se busca. Lo deseable es, que si llega el caso, no toque ninguna zona vital.
Hay especialistas que consideran, no obstante, que los mercados tarde o temprano volverán a desmoronarse, porque el recurso manido a un nuevo recorte de tipos de interés tanto en Estados Unidos como en la eurozona puede servir para acercar la realidad de ambas economías a lo que se vive en Japón desde hace muchos años. En cualquier caso, el circo sigue. Pasen y vean.