El grupo Vivendi negocia la venta de Universal a sus antiguos dueños
Vivendi Universal rompió ayer de común acuerdo todas su relaciones con el miembro de su consejo de administración, Edgard Bronfman. La razón es que el ejecutivo norteamericano está construyendo una oferta que le permita recomprar Universal a la multinacional francesa. Vivendi ha optado por apartarlo a él y a su padre del consejo para no dar pie a especulaciones que podrían deducir que existe cierta connivencia entre el grupo francés y la oferta que Bronfman está preparando para recuperar el control de Universal.
Edgard Bronfman, el antiguo propietario de Seagram, último responsable de la venta de la entonces empresa familiar a Vivendi, pretende corregir lo que con el tiempo ha calificado como uno de los más graves errores de su vida y que ha estado al borde de llevar a la quiebra a su familia.
Bronfman intenta aglutinar una oferta por todo Universal a Vivendi, en la que participarían varios fondos de inversión norteamericanos coordinados por Merrill Lynch. Según publicó ayer el periódico estadounidense The Wall Street Journal, Bronfman ha declinado dar detalles sobre la cuantía de la oferta, que englobaría la productora de televisión y películas de cine, los parques temáticos, USA Networks, la televisión por cable y la discográfica Universal Music.
Vivendi, bajo la presidencia de Jean-Marie Messier, adquirió todo el grupo Seagram en 2000 por 34.000 millones de dólares. Actualmente las estimaciones más sólidas sobre el valor de estos activos aseguran que se sitúan en una franja de entre 15.000 y 17.000 millones de dólares, teniendo en cuenta además que el grupo arrastra una deuda de 5.000 millones de dólares.
Ayer Vivendi Universal dio carta de naturaleza a la ruptura de sus relaciones con Edgard Bronfman y su entorno familiar. Aseguró que de común acuerdo se ha decidido que tanto Bronfman como su padre abandonen el consejo de la francesa y se finalice la relación laboral que Bronfman mantenía con la filial de Vivendi Universal en Estados Unidos.
Para evitar todo tipo de suspicacias la empresa francesa presidida Jean René Fourtou aseguró ayer 'que está plenamente verificado' que Edgard Bronfman no posee información reciente y sustancial sobre la venta de Universal. Y precisa que la primera información sobre la situación de la operación de venta tuvo lugar en el consejo 'del pasado 19 de mayo, sin su presencia'.
Además subraya que el comité de gobierno corporativo del consejo de administración 'ha avalado la correcta aplicación de esta decisión'.
La decisión de Bronfman de aglutinar una oferta por Universal tiene un enorme calado. El ejecutivo estadounidense fue uno de los principales artífices de la destitución del anterior presidente, Jean-Marie Messier.
Sólo 18 meses después de formalizada la operación, pagada a la familia Bronfman con dinero y en acciones, los títulos del conglomerado francés se desplomaron a raíz de que la empresa tuvo que realizar importantes provisiones para ajustar la depreciación de mercado que habían sufrido sus filiales.
Este varapalo bursátil, que situó en una posición muy delicada la estabilidad financiera de la familia, fue el detonante que llevó a Bronfman a liderar la oposición a Messier. æpermil;l mismo reconoce que el desplome de las acciones 'fue una historia muy difícil', pero explica que antes de la venta a Vivendi fue capaz de generar un gran valor para los accionistas de Seagram: 'Pienso que soy capaz de hacerlo de nuevo', asegura.
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La salvación rápida del grupo francés
La venta de Universal, ya sea al consorcio que prepara Bronfman o a cualquier eventual oferta competidora que pueda presentarse, supondrá la salvación de Vivendi y la desaparición de las incógnitas que ahora mismo penden sobre la viabilidad de la empresa y su capacidad de recortar su abultada deuda.La decisión oficializada en la reciente junta de accionistas por su presidente Jean René Fourtou de poner en venta Universal y concentrar la empresa en sus negocios de telecomunicaciones y de televisión de pago en Francia supone en la práctica una segunda refundación de la compañía.Su anterior presidente, Jean-Marie Messier, ya dio un giro copernicano en los tiempos en los que Internet y las nuevas tecnologías se compraban a precio de oro. Abandonó el concepto de empresa de servicios, mantenimiento de aguas y tratamiento de residuos que tenía cuando llegó, para centrarse en una compañía volcada en medios de comunicación.Ahora, tras afirmar que pretender 'gestionar un estudio y productoras de cine en Estados Unidos desde París es de ilusos', Fourtou ha decidido sentarse para vender Universal al mejor postor. Hace unas semanas la prensa francesa aseguraba que entre los potenciales interesados estaban Liberty Media, Viacom, General Electric y Metro Goldwing Mayer. Lista a la que ahora se une el grupo de Bronfman. El objetivo de Vivendi no es otro que vender para reducir sus 12.300 millones de euros de deuda neta.