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Reactivación económica

Greenspan pide un impulso inversor a las empresas para asentar la recuperación

Como es habitual en sus intervenciones, Greenspan dio una de cal y otra de arena sobre las perspectivas de la primera economía mundial.

'La economía continúa siendo sacudida por fuerzas contradictorias' y 'las últimas informaciones sobre la producción y el empleo han sido decepcionantes', pero 'los fundamentos económicos, incluidos la mejora de las condiciones de los mercados financieros y el continuo crecimiento de la productividad, son un buen augurio para el futuro', declaró ante la Comisión Económica conjunta del Congreso.

En estas circunstancias, Greenspan explicó que la cuestión más importante en estos momentos es saber si las empresas podrán acelerar con rapidez el ritmo de sus inversiones ahora que han desaparecido gran parte de las incertidumbres geopolíticas existentes. 'Las empresas todavía parecen reacias para gastar y contratar y necesitamos estar alerta ante la posibilidad de que una cautela empresarial puede dar al traste con la reactivación de los avances económicos', dijo el banquero.

Como diagnóstico final, Greenspan volvió a mostrar el cauto optimismo que caracteriza a sus intervenciones en los últimos tiempos. 'El sesgo de la política monetaria permanece expansivo y las condiciones de los mercados financieros parecen apoyar un aumento de la tasa de actividad'.

Deflación

La comparecencia del maestro había despertado gran expectación en los mercados a la espera de nuevos mensajes respecto al riesgo de deflación que desveló en su anterior comparecencia ante la Cámara de Representantes.

Greenspan señaló que la deflación 'es un riesgo, aunque menor, pero lo suficientemente importante que requiere un seguimiento de cerca y, quizás, una actuación por parte del banco central'. En todo caso advirtió que la amenaza de caída de precios es 'un asunto muy serio' al que la entidad le presta 'una gran atención'.

Como en los últimos 12 meses, sólo los precios de la energía pueden inclinar la balanza hacia el otro lado, la inflación. Greenspan se mostró complacido con la bajada del precio del petróleo, pero el alza de este mes puede ser una 'tendencia inquietante si continúa'.

Con los tipos de interés en el 1,25%, el nivel más bajo en 41 años, muchos analistas temen que la autoridad monetaria carezca de margen suficiente para combatir ese riesgo. Pero el banquero central aseguró que no hay una posibilidad real de que la Reserva pueda quedarse sin instrumentos para actuar.

'No hay posibilidades creíbles de que nos quedemos sin municiones para abordar los problemas relacionados con la inflación o cualquier cosa similar a eso que altere nuestra economía', dijo.

Aún más, 'sí tenemos la capacidad, en caso de que sea necesario, para movernos en la curva de rendimientos, situando las tasas de largo plazo a la baja, y en ese proceso, expandiendo la base monetaria'.

Lo que Greenspan apuntaba, con estas palabras, es una táctica que ya han puesto en práctica las autoridades japonesas para reanimar la actividad y combatir la deflación, con escaso éxito en sus propósitos.

Se trata de la compra de títulos de deuda pública del Gobierno federal, cuyos niveles de emisión han alcanzado volúmenes históricamente altos con la administración de George Bush. Esta práctica provoca una rebaja de tipos a largo plazo que tiene un efecto adicional sobre el consumo, ya que la mayoría de las hipotecas en EE UU están indexadas al tipo de los bonos a 10 años, con lo que su coste bajaría.

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