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Medio Ambiente

Air Liquide invertirá 20 millones hasta 2006 en su filial de pilas de combustible

El hidrógeno es uno de los seis gases que Air Liquide obtiene por reacción química (de hidrocarburos o agua) y que tiene numerosas aplicaciones industriales, entre otras, para reducir el contenido en azufre de las gasolinas, así como en los procesos de producción del vidrio y de la mayoría de los polímeros. Para producirlo hay que gastar energía, por lo que resulta caro. Sin embargo, el grupo francés ha decidido apostar por controlar la tecnología del hidrógeno, que promete sustituir algún día a los combustibles fósiles y, por tanto, acabar con el problema de la contaminación.

El elemento básico de esta tecnología es la pila de combustible, en la que se somete al hidrógeno a una reacción electrolítica (al entrar en contacto con el oxígeno del aire) para generar energía. Hasta ahora, y gracias al apoyo de la legislación medioambiental en Estados Unidos y Japón, la tecnología de la pila de combustible alimentada por hidrógeno la controlan los fabricantes de estos países. En EE UU son 13 las empresas dedicadas a ello que cotizan en el mercado Nasdaq.

Para intentar liderar este mercado incipiente en Europa, Air Liquide ha creado una filial, Axane, con sede en la localidad francesa de Sasenage, cerca de Grenoble. El presidente de Axane, Daniel Deloche, explica que, 'de momento, no pretendemos fabricar nosotros mismos las pilas de combustible, sino aplicarlas a sistemas fijos y móviles de generación de energía'.

Entre los objetivos inmediatos está desarrollar generadores de suministro eléctrico tanto para aplicarlo en viviendas aisladas como en la industria y los hospitales, a fin de que no tengan que interrumpir sus servicios en caso de fallo en la red general. Según Deloche, también desarrollarán aplicaciones para antenas de telefonía móvil. Así, en la feria internacional de Hannover (Alemania), la compañía presentó su primer producto: un generador de electricidad portátil que tiene 2,5 kilovatios de potencia. El científico francés Jean-Louis Etienne, en misión en el Polo Norte, comprobó las virtudes de este equipo, que le suministró electricidad casi 42 días sin interrupción.

Esta aplicación se empezará a comercializar a finales de año, según prevé el presidente de Axane. En cambio, Deloche asegura que 'hasta 2005 o 2006 no comercializaremos nuestras propias pilas de combustible'. Aunque considera 'muy aventurado' ofrecer una cifra de negocio, afirma que el grupo 'invertirá unos 20 millones de euros en que Axane desarrolle dos gamas de pila de combustible de aquí a tres años'. E insiste en que esta inversión corresponde sólo al 'gasto tecnológico'.

Frente a la mayoría de sus competidores internacionales, Axane no tiene por objetivo servir pilas a las firmas de automóviles. 'El mayor problema para llevar esta tecnología al público es su precio', afirma el presidente de Axane, que establece entre 30 y 50 dólares (entre 26 y 43 euros) el coste de producir un kilovatio con pila alimentada por hidrógeno. 'La tecnología tardará 20 años en llegar a los clientes a precios razonables, lo que no ocurrirá hasta que no reduzca un 30% su precio actual', calcula Deloche.

El caso es que Deloche siente que su empresa 'no tiene competencia', porque puede ofrecer 'un servicio integral al cliente', gracias al apoyo del negocio tradicional de Air Liquide. Pero el grupo va con cautela, porque, de momento, trabajan en ella 'menos de 50 personas'.

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