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Derivados

Diferenciales verticales

Esta estrategia, que se construye con dos opciones con mismo vencimiento, permite lograr un beneficio limitado cuando el mercado apenas se mueve, ya que incorpora opciones vendidas para financiar el coste de las compradas

En las últimas semanas todos los inversores hemos podido constatar la poca variabilidad que están teniendo las Bolsas. Lejos quedan aquellas sesiones donde la volatilidad anualizada alcanzaba el 50%. Ahora, si utilizamos el índice VIX de volatilidad (calculado con volatilidades implícitas de ocho opciones calls y puts que cotizan en Chicago Board Exchange) podemos comprobar la fuerte caída que ha experimentado, hasta del 22,7%. Incluso la volatilidad del índice Nasdaq, que ha sido durante los últimos años un buen indicador de la aversión al riesgo, se ha reducido desde sus máximos del 71,51% a finales de julio del año pasado hasta el 33,14%, nivel mínimo desde el cálculo de este índice.

Como la volatilidad es uno de los factores más importantes a la hora de calcular el precio de las opciones, esta fuerte reducción de la volatilidad permite al inversor hacer conjeturas sobre su comportamiento futuro. Esto es, si esta volatilidad que hoy incorporan las opciones es exageradamente baja y la tendencia va a cambiar, entonces la mejor inversión será comprar opciones puts o calls porque, si la volatilidad aumenta, podrá venderlas más caras. Otras estrategias como las de conos y cunas compradas también permiten beneficiarse de un fuerte aumento en la variabilidad.

Ahora bien, esta opinión podría ser un poco diferente. Es cierto que la volatilidad está en mínimos y que es muy probable que aumente algo, pero, sin embargo, cree que será un movimiento más suave que dejará la volatilidad cerca de sus niveles medios históricos del 30%-35%. Además, considera que ese aumento de la volatilidad vendrá con movimientos de la Bolsa ligeramente bajistas. Esta visión sería moderadamente bajista y una estrategia que encajaría es el diferencial de puts bajista o diferencial vertical con puts, que consiste en comprar una put sobre un subyacente elegido y simultáneamente vender otra put, sobre el mismo subyacente y con el mismo vencimiento, pero con precio de ejercicio inferior.

De las dos opciones puts la que compramos es la que vale más porque tiene precio de ejercicio superior. Normalmente, se compra at the money (cerca del nivel en que comienza a tener valor) y esto también la encarece. La ventaja es que, como el inversor cree que la volatilidad implícita en el precio de la opción es baja, considera que la está comprando barata. Pero, a la vez, se está vendiendo una opción put out of the money por dos motivos. El primero porque el inversor no está muy negativo sobre el comportamiento futuro de la Bolsa, sólo la considera a medio plazo bajista, y en segundo lugar, al vender la opción puede compensar parte del coste de la opción comprada.

Con esta estrategia, el inversor tiene limitadas tanto las pérdidas como los beneficios. La pérdida máxima que experimentará desde este momento hasta el vencimiento es la diferencia de coste en el precio de las opciones, así que la pérdida es conocida en el momento inicial. El beneficio máximo se alcanza cuando el precio del subyacente cae por debajo del precio de ejercicio más bajo (el de la put vendida) porque es cuando las dos opciones tienen valor. En esta situación, la put comprada con mayor strike (precio de ejercicio) cubre el riesgo financiero o pérdidas de la put vendida. Por ejemplo, si al inversor le ejercitan esta put vendida y debe comprar un determinado número de acciones del subyacente a ese precio, puede vender la put comprada a mercado. La prima recibida compensará el coste de comprar esas acciones a precio de mercado y venderlas a un precio inferior, que es el precio de ejercicio inferior. La pérdida máxima ya hemos dicho que es el coste neto de las primas. El inversor perderá esta cantidad cuando el precio del subyacente permanece por encima del precio de ejercicio mayor (o por encima del precio de ejercicio de la put comprada) porque ambas opciones terminarán sin valor (out of the money).

Por último, un inversor podría estar de acuerdo en que la volatilidad está muy baja, pero, contrario a lo esperado en el ejemplo anterior, su expectativa es que la Bolsa será ligeramente alcista. La estrategia que debería llevar a cabo se conoce como diferencial de calls alcista y se construye de la misma manera que la anterior con la excepción de que en este caso intervienen opciones de compra o calls. El inversor deberá comprar una opción call at the money y simultáneamente vender otra con el mismo vencimiento y sobre el mismo subyacente, pero con precio de ejercicio superior en este caso. Sus pérdidas y ganancias estarán también limitadas. La pérdida máxima será el coste neto de las primas, es decir, la diferencia entre el precio de la call comprada y el precio que la call vendida, y el beneficio máximo, que matemáticamente es igual a la diferencia entre los precios de ejercicio menos el coste neto de las primas, se conseguirá una vez que el precio del subyacente supera el precio de ejercicio de call vendida o, lo que es lo mismo, a partir del mayor precio de ejercicio.

En conclusión, ambos diferenciales intentan obtener un beneficio limitado cuando esperan que el mercado no se mueva fuertemente, por lo que incorporan opciones vendidas para financiar el coste de las opciones compradas. Se conocen también como estrategias verticales porque las opciones con las que se construyen llevan la misma fecha de vencimiento.

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