El regulador de EE UU propone que las Bolsas regresen a los precios con fracciones
El presidente de la SEC (siglas del regulador de los mercados de EE UU) abogó ayer por la vuelta a los precios fraccionados tras señalar que el nuevo sistema -el normal en el resto de Bolsas del mundo- supone un freno a la liquidez. No obstante, lo que de verdad no gusta en Wall Street no es el sistema decimal en sí, sino que es menos lucrativo.
Antes de 2001 los precios en las principales plazas estadounidenses se expresaban en enteros y fracciones (por ejemplo 10 dólares y 3/8). Entre un entero y otro un valor podía, como máximo, subir o bajar en fracciones de 1/16 de dólar. Pero con la llegada de la decimalización los precios de las acciones pueden subir o bajar en fracciones mínimas de un céntimo.
La posibilidad de fijar precios más precisos que ofrece el sistema decimal ha reducido las horquillas de cotización y ha supuesto una merma de ingresos para los intermediarios de Wall Street, que sacaban importantes beneficios de los amplios spreads. Tres años de mercado bajista han hecho el resto.
En el resto de mercados las palabras de Donaldson causaron hilaridad. Un broker de una firma londinense señalaba ayer que, pese a tres años de caídas bursátiles, a nadie se le ha ocurrido pedir que la Bolsa vuelva a cotizar en chelines. Al mismo tiempo recordaba a Donaldson que en todas las Bolsas del mundo el sistema decimal funciona sin problemas.
Por otro lado, la SEC se encontró ayer con la negativa del Nasdaq para cumplir con las ordenanzas de buen gobierno dictadas por la autoridad bursátil. Según publicaba ayer el The New York Times, Nasdaq no hará ni un solo cambio hasta que no reciba formalmente la calificación de mercado bursátil por parte del regulador. La clasificación de Nasdaq como un mercado bursátil es una larga reivindicación de este mercado, que hasta ahora es considerado como una simple plataforma electrónica.
Asimismo, la Bolsa de Nueva York se ha limitado a enviar a la SEC un dossier sobre su reglamento interno de buen gobierno para que el regulador se lo estudie y le remita sus objeciones.