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Turismo

Sol Meliá venderá hoteles por valor de 120 millones para hacer frente a su deuda

Arantxa Noriega / Fernando Sanz / Miguel Jiménez

Sol Meliá se ha asegurado la obtención de 120 millones de euros de liquidez con la posible venta hasta de nueve de los 91 hoteles que tiene en propiedad en España. La compañía ha asegurado a los analistas que ‘ha identificado estos establecimientos para una posible venta en el caso de que la situación financiera así lo requiera’.

Sin embargo, la cadena cree que no tendrá que afrontar a corto plazo mayores problemas financieros. 'Sol Meliá cuenta con unos activos de 2.700 millones de euros, de los cuales sólo el 15% está hipotecado', dicen en la cadena. Pero este mismo año le vencen deudas por valor de 191 millones de euros y el año que vienen deberá afrontar el pago de más de otros 300 millones de euros.

Entre estos últimos se encuentra una emisión de 200 millones en obligaciones convertibles, más 16 millones de intereses acumulados pagaderos a vencimiento, lanzada al mercado en 1999, y a la que deberá hacer frente en septiembre de 2004.

Esta emisión tiene un precio mínimo de conversión de 15 euros por acción y los títulos de Sol Meliá cotizan en la actualidad a 3,92 euros. En esas condiciones, los inversores difícilmente optarán por canjear los bonos por acciones, así que la empresa deberá hacer frente al pago o refinanciación de todos los bonos a su vencimiento.

La agencia de recalificación Standard & Poor's (S&P) rebajó la calidad crediticia a bonos basura el pasado marzo. S&P duda si la cadena está reduciendo la deuda con la rapidez deseada y si recuperará los niveles de solvencia en menos de dos o tres años.

1.212 millones de deuda

En el año 2006 tendrá que devolver otros 400 millones. Esta cifra incluye bonos privados por valor de 340 millones que acumulan por ahora 19 millones de intereses.

Según su informe anual, el endeudamiento total asciende a 1.212 millones. A esto hay que añadir participaciones preferentes valoradas en 107 millones, a un 7,8% de interés. Pese a ello, la compañía muestra tranquilidad y dice contar 'con un cómodo calendario de vencimientos'. 'El pago de este año será amortizado con la propia generación de flujos de caja', señalan.

El año pasado, la compañía finalizó con una tesorería de 131 millones y su deuda se redujo en 125 millones, pero esa reducción se debió básicamente a la emisión de participaciones preferentes, que no computan como deuda en sentido estricto, pero que en la práctica lo son.

La cadena prevé desprenderse de varias propiedades si la situación no mejora. Incluso podría rehipotecar algunos hoteles a tipos razonables de interés. El plan es recortar la deuda unos 40 millones de euros al año, según fuentes de la compañía. Serán establecimientos que están fuera de su plan de crecimiento como el Mastines Chiguagua, en Mallorca; el Hidalgo, de Valdepeñas (Ciudad Real); el Caballo Blanco, en Cádiz; el Vistasol, en Magalluz (Mallorca), y el Alcano, en Granada.

También piensa vender algunos terrenos en propiedad que no están incluidos en su plan de crecimiento. Áreas como Mallorca y Ciudad Real son menos interesantes para la cadena porque 'o bien ya está fuertemente implantada con otros hoteles o porque el mercado no es lo suficientemente rentable para crecer', dicen las mismas fuentes.

En general, la cadena no desea perder la gestión de los establecimientos con estas ventas. Es más, tratará de sellar acuerdos con los nuevos compradores para conservar la gestión de los mismos.

No es la primera vez que Sol Meliá realiza desinversiones para lograr liquidez. En estos últimos años, la compañía se ha desprendido de otros cinco hoteles entre los que se encuentra el más emblemático de la República Dominicana, el Meliá Bávaro.

Tras los atentados del 11 de septiembre en 2001 y la desatada crisis internacional, Sol Meliá anunció un proceso de ahorro de costes que tradujo en una serie de simplificaciones en su estructura en los departamentos de expansión como en el área operativa. Entonces, su vicepresidente, Sebastián Escarrer, anunciaba un ahorro de costes de 20 millones de euros.

Un año difícil

El año pasado fue difícil para la cadena. A la incertidumbre económica de ciertos mercados emisores como el alemán se sumó el desconcierto por la guerra en Irak. Esto afectó al negocio de Sol Meliá, principalmente vacacional. Además, su actividad en Latinoamérica, que representa un tercio de la misma, fue de alguna forma castigado por la debilitada economía de aquella zona y la depreciación de la moneda. Los beneficios de la empresa al cierre del ejercicio fueron de 4,2 millones de euros, un 92,9% menos que en 2001. UBS Warburg afirma haber revisado a la baja el Ebitda previsto para este año, hasta 233 millones de euros, frente a los 252 millones pronosticados inicialmente.

En previsión de un posible empeoramiento del entorno, la compañía cuenta con un plan de refinanciación que actualmente se encuentra en ejecución. El tipo de interés medio fijado por la compañía con los bancos para hacer frente a la deuda es del 4,6%.

Fitch se une a las rebajas de calificación

La agencia Fitch decidió el pasado viernes rebajar la calificación de la deuda de Sol Meliá hasta justo un nivel por encima de la consideración de basura y mantener la vigilancia con perspectiva negativa.Fitch se une así a la decisión que ya tomó la también agencia de calificación Standard & Poor's, que el pasado 29 de marzo degradó la calificación de la deuda a largo plazo de la cadena hotelera al nivel de basura.Fitch justifica su decisión en función de los malos resultados alcanzados por la compañía en 2002 y sus débiles previsiones para este ejercicio.Su argumentación establece que 'la perspectiva negativa refleja el riesgo de que la recuperación del perfil financiero de la compañía no se produzca a corto plazo, particularmente a la vista de la desfavorable situación de los mercados' turísticos, incluidos Estados Unidos y Alemania. 'Las malas condiciones en los mercados del grupo fueron sólo contrarrestados en parte por una demanda interna en España relativamente resistente', indicó la empresa de calificación de riesgo y explica que el rating sigue soportado por el hecho de que la empresa es la cadena hotelera más grande en España, Latinoamérica y el Caribe.Fitch estima que para mantener en el futuro la calificación que la acaba de otorgar, la compañía debería mantener la ratio deuda/Ebitda en al menos cinco veces, cuando ahora esta ratio es de 5,6.Explica, además, que mantiene importantes dudas sobre la posibilidad de que compañía consiga a partir de ahora refinanciación a tipos de interés atractivos con facilidad, 'a la vista de la debilidad de los fundamentales de la sociedad', dice. Fitch asegura que se dispone a seguir de cerca la estrategia de refinanciación que utilice ahora el equipo directivo de Sol Meliá, particularmente cuando en el último trimestre de 2004 le vencen 200 millones de euros en bonos convertibles.

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