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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

La creciente carga del euro

En mayor o menor medida, casi todas las multinacionales europeas se ven afectadas por la extraordinaria apreciación del euro registrada en los últimos 12 meses, nada menos que un 26%. Los directivos de industrias exportadoras y algunas autoridades políticas están llamando la atención sobre una acelerada pérdida de competitividad que puede dar al traste con las esperanzas de una pronta recuperación económica.

La divisa europea costaba ayer en Fráncfort 1,149 dólares, un nivel que, según algunos expertos, amenaza la rentabilidad de grandes empresas. La debilidad del dólar viene condicionada por un abultado déficit de balanza por cuenta corriente en EE UU, situado en torno al 5% del PIB y sin perspectivas de moderación. En todo caso, Washington ha mostrado desinterés por sostener su moneda, una estrategia que ayuda a su economía y a sus empresas.

En este contexto, se teme que el euro siga apreciándose incluso a pesar del práctico estancamiento de la economía de la eurozona. El PIB del Viejo Continente crecerá este año por debajo del 1% en la mejor de las previsiones. Si la fuerza del euro resta algunas décimas, el riesgo de recesión es más cercano. Lo peligroso no es tanto una divisa fuerte per se -está cercana a los 1,16 dólares con que nació como unidad monetaria en 1999-, sino su coincidencia con un momento de agotamiento económico.

Las empresas estadounidenses se han beneficiado de esta situación, que hace más atractiva su exportación y revaloriza los ingresos y beneficios que repatrían en otras monedas al convertirlos a dólares. En Europa el efecto es el inverso. Algunas empresas muy endeudadas en dólares alivian su carga financiera, mientras que la energía se abarata. Pero las grandes víctimas son las empresas exportadoras y aquellos grupos que se sumaron a la ola de inversiones en Estados Unidos de los años noventa. Empresas alemanas como las automovilísticas DaimlerChrysler y Volkswagen, la farmacéutica Altana o la química Henkel figuran entre las que esta semana han alertado del fuerte impacto del tipo de cambio en sus cuentas. Los analistas creen que la economía alemana apenas creció dos décimas el trimestre pasado.

Para las empresas españolas, la exposición al dólar es más moderada, aunque grandes compañías y bancos sí tienen riesgo importante en monedas latinoamericanas, lo que ha pasado factura ya en las cuentas del primer trimestre. Pero la continuidad de esta tendencia comprometería en todo caso la competitividad de los productos españoles, así como la del turismo que se capta en el Reino Unido y otros países ajenos al euro.

No es buena noticia para nadie que el tipo de cambio entre dólar y euro se muestre tan volátil. La estabilidad permite a los agentes económicos tomar decisiones con menores riesgos. En momentos como los actuales, la pérdida de ventajas competitivas puede pagarse cara. A medio y largo plazo, carísima.

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