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Elecciones 2003

¡La seguridad, estúpido!

Mantiene Anthony Giddens, creador de la tercera vía que condujo a Tony Blair al Gobierno en Gran Bretaña, que la izquierda tiene que dominar los temas de la derecha para ganar las elecciones. Son los asuntos que más preocupan al ciudadano: la inseguridad en la calle, la inmigración, la competitividad económica... El PSOE ha decidido aplicar desde hace tiempo el manual y en la carrera hacia el 25 de mayo ha convertido estas inquietudes en sus principales ejes de campaña.

Uno de los asesores del ex presidente norteamericano Bill Clinton se hizo famoso en su exitosa campaña presidencial de 1992 con la frase: '¡Es la economía, estúpido!'. No hacía sino apuntar el principal flanco débil del entonces presidente George Bush y, por tanto, la forma de desbancarle del poder en un ciclo de recesión económica. Ahora que llega en España el turno de elegir alcaldes hay una amplia conciencia de cómo ha crecido el delito en las grandes ciudades, casi el 15% en el periodo 2000/2003, ante la pasividad de unos gobernantes aparentemente resignados a culpar del aumento de la inseguridad a los inmigrantes, cuando no a la herencia recibida hace siete años.

Siguiendo la estela de Giddens, es ahora la izquierda la que exige sin complejos más policías en la calle y la que empuja a la derecha a alimentar sus promesas electorales para limpiarla de cacos, improvisando unos juicios rápidos que pueden terminar poniendo en pie de guerra, por falta de medios, a los funcionarios judiciales de media España.

El número de delitos denunciados ha pasado de 114.000 en el año 2000 a 131.000 en lo que va de 2003. El porcentaje de gasto del PIB en seguridad ciudadana suma ahora el 0,52%, frente al 0,62% de 1996, mientras que el número de policías en las calles se ha reducido en 8.000 efectivos en idéntico periodo. '¡La seguridad, estúpido!', parece ser el lema con el que numerosos candidatos socialistas han decidido ajustar cuentas con el PP el 25 de mayo. El ex presidente Felipe González ha ilustrado el panorama: un 5% de la población está protegida por 100.000 guardas jurados, mientras que el otro 95% lo está por 100.000 agentes de las fuerzas de seguridad.

No van descaminados. En los barómetros del Centro de Investigaciones Sociológicas la delincuencia callejera ocupa los primeros huecos de la inquietud ciudadana, en compañía del paro, el terrorismo de ETA y, últimamente, la guerra de Irak.

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