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Proyecto

Latinoamérica es la gran perdedora de la política exterior de Bush

Leoncio de la Peña viajó recientemente a Madrid para mantener contactos habituales con sus clientes ubicados en Miami. No en vano la capital del Estado de Florida es la puerta de entrada a EE UU de todas las grandes empresas españolas con fuertes inversiones en América Latina.

A su juicio, el apoyo de España a la guerra liderada por EE UU contra Irak redundará en 'una relación económica más cercana entre EE UU y España'. 'Hasta ahora, España despertaba más interés como referente turístico, pero ahora se le ve más como un socio'. De la Peña, que presume de mantener una estrecha relación con el hermano de Bush y gobernador de Florida, Jebb Bush, sostiene que 'Polonia y España serán las más beneficiadas' por el nuevo escenario internacional que ha abierto la guerra contra Irak.

'La relación con Alemania es muy fuerte y no se verá tan afectada como la de Francia. EE UU no puede olvidar el papel tan activo que jugó París contra los intereses estadounidenses. Tendrán que pasar años', afirma.

Las bondades de la relación bilateral España-EE UU se extienden también a América Latina, afirma. Pero de los grandes proyectos que la Administración Bush iba a impulsar en la región 'todo está perdido'. 'América iba a ser la gran protagonista de la Administración Bush pero lo han perdido por el 11-S', afirma el abogado de Miami.

Incluso el gran proyecto exterior y comercial de Bush, el ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas), está en su opinión relegado a un plano completamente secundario, que difícilmente le permitirá concluir a tiempo. Y muchas de las negociaciones comerciales abiertas con la región se pueden ver afectadas por la reciente crisis de Irak.

'En el Congreso de EE UU hay mucho rechazo a la ratificación del acuerdo de libre comercio firmado con Chile y corre serios riesgos de no ser aprobados', dice De la Peña. Chile expresó su oposición a la guerra de EE UU contra Irak y abogó por una propuesta alternativa que provocó mayor división en el Consejo de Seguridad.

Lo cierto es que las autoridades chilenas están preocupadas por el retraso en la votación del acuerdo, firmado en diciembre pasado, por el Congreso. La canciller Soledad Alvear viajó la semana pasada a Washington para reunirse con grupos de congresistas y altos cargos del equipo económico de Bush.

Sólo Colombia, cuyo presidente, Álvaro Uribe, se reunió la semana pasada con Bush, mantiene una relación fluida y especial con la Administración estadounidense. En cuanto a la relación de Washington con Venezuela, 'todo depende de Chávez', con quien EE UU mantiene una ambigüedad cambiante. Los analistas interpretaron la reciente concesión a Caracas de un contrato para abastecer sus reservas estratégicas de petróleo como un respiro de Bush a Chávez.

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