Primero de Mayo caliente
El Primero de Mayo volvió a convocar ayer las tradicionales manifestaciones sindicales en todo el mundo. A las reivindicaciones sociales y laborales se sumaron, en esta ocasión, las protestas de los grupos pacifistas contra la reciente guerra en Irak y sus graves consecuencias. En España, sin embargo, la festividad estuvo marcada por los graves incidentes que tuvieron lugar en la manifestación convocada en Madrid bajo el lema Por la paz y el empleo. No a la guerra y la agresión que sufrió el secretario general de Comisiones Obreras, José María Fidalgo, por parte de un ex trabajador de Sintel. Como recordaban ayer algunas de las formaciones políticas asistentes a la manifestación, la violencia y la confrontación nunca son una solución a las demandas de los trabajadores ni se pueden justificar nunca por la legitimidad de una reivindicación.
Las protestas cobraron un significado especial en Francia y Alemania, donde los trabajadores salieron a la calle para mostrar su rechazo a los planes de reforma y recortes sociales impulsados desde sus respectivos Gobiernos. Pese a su distinto signo político, el presidente Jacques Chirac y el canciller Gerhard Schröder acaban de plantear sendos recortes del Estado de bienestar, que resultan claves, según aclaró el primero ayer mismo, para promover el crecimiento de las dos principales economías europeas. El rechazo social a las medidas quedó ayer patente y, en el caso de Chirac, se trata de un anticipo de la huelga general convocada por los sindicatos de la función pública para el próximo 13 de mayo.
Lo cierto es que tanto Francia como Alemania registran una difícil situación económica, con la primera al borde de la recesión y la segunda con un anémico crecimiento del 0,75% como objetivo para todo el año. Los expertos han venido advirtiendo de la parálisis económica que iba a provocar la ausencia de reformas en estos países, pero no ha sido hasta ahora cuando la crisis ha abocado a ambos Gobiernos a urgentes recortes del gasto público, de reducción de prestaciones sociales y el aplazamiento de proyectos de inversión. Nada, por otra parte, que garantice la reactivación.
Los incidentes en Madrid impidieron el desarrollo de la jornada en los términos en que había sido convocada. La inclusión del rechazo a la guerra en el lema de las protestas había dado un marcado carácter político a la jornada, relegando quizás los importantes problemas que presenta el mercado laboral español. La fuerte reducción de la tasa de paro no debe hacer olvidar que el desempleo afecta todavía al 11,4% de la población activa y que muchos de ellos carecen de cobertura social; que la precariedad laboral que afecta a buena parte de los más jóvenes no presenta freno; que la situación laboral de los parados mayores de 45 años exige soluciones serias y concretas más allá de las propuestas de las campañas electorales y que la tasa de paro femenino duplica a la masculina.